Capítulo 13

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Cerca de las doce estábamos en la biblioteca. Sólo habíamos ido por qué había señal de internet gratis.

—Así es más fácil mirar porno. — Susurró Uriel mientras tomaba un libro y ponía su celular en medio.

—Me voy. —Avisé cuando miré a Carla entrar junto con sus amigas.

— ¿Le tienes miedo? —Preguntó Tadeo.

No respondí, sólo fingí una sonrisa mientras halaba su cabello, era más suave que el mío.

—Adiós. —Dije.

Ambos respondieron mientras sonreían.
Salí de la biblioteca y caminé rápidamente, tomé un bus rumbo a la universidad de Sebastián.
Al llegar me quedé recargada en un árbol mientras salía la persona que esperaba.

— ¿Qué estás haciendo?

Di un pequeño brinco del susto y al darme la vuelta miré a Evan.

—Cazando a una zorra. —Respondí.

—Busca pleitos es tu segundo nombre.

—Cállate.

—Cállame.

—Si supiera como ya lo hubiera hecho. —Protesté.

—Claro que sabes, cállame con un beso.

—Eres ridículo, ¿Y tú qué haces?

—Esperando a mi Sandra, a la chica que golpeaste, eres muy agresiva, pero afortunadamente me tiene a su lado y me encargué de besar cada uno de los golpes que le hiciste.

—Cállate.

— ¿Te molesta que la haya besado? No te endades, cuando tú seas mía sólo te besaré a ti. —Murmuró. —Te lo prometo.

—Eso nunca pasará.

— ¿Quieres apostar? ¿Qué estás dispuesta a perder?

Me volví a recargar y él también lo hizo, cuando su mano rozó la mía me causó un pequeño escalofrío e inmediatamente la aparté

—Y sólo te toqué un dedo, imagina como te pondrás cuando te toqué completa.

—Iluso. -Susurré.

—Suplicarás para que no deje de hacerlo.

Miré como mordió su labio inferior y pasó su lengua por él.
Puso sus auriculares, pero aun así alcancé a escuchar su música.
Escuché mi celular sonar, lo busqué rápidamente y miré el nombre de Jeiron.

—Hola muñeco

Evan puso los ojos en blanco y sonrió burlándose.
Me alejé un poco para que no me escuchará, pero él me siguió.
Comenzaba a molestarme.

— ¿Dónde estás?

—En la biblioteca.

Miré a Evan negando con la cabeza y sonriendo descaradamente. Después caminó y se colocó a un lado de mi

—Mentirosa. —Susurró en mi oreja y dio una pequeña mordida.

Lo empujé y me aparté de él.

—Eileen yo estoy en la biblioteca, ¿Dónde estás?

Evan se volvió a burlar, parecía que lo estaba disfrutando. Y cuando lo miraba lo único que quería hacer era golpearlo.

—En casa de Lidia.
Fue lo único que se me ocurrió decir y esperé que se lo creyera.

— ¿Segura?

—Si

—De acuerdo, pasó por ti a las ocho.

—Yo no te celaria de esa manera, vamos rompe con él y diviértete conmigo.

No me dio tiempo de responder, guardé el celular en la mochila y justo en ése momento miré a Paola salir con un tipo el cual era su nuevo novio.
Ella tenía que pagar por hacer sufrir a la persona que más quería. Le di la mochila a Evan negó con la cabeza, pero aun así la tomó.

Sabía perfectamente que, tenía todo lo necesario para perder, pero no me importó.
Amarré mi cabello y caminé a dónde ella estaba.

—Hola Paola.

—Dile al idiota de tu hermano que ya no quiero saber nada de él.

—Él tampoco quiere saber de ti.

—Pues sus llamadas dicen lo contrario ¿verdad amor?

—Es patético. —Respondió el chico de cabello negro.

Le di una bofetada al idiota por haberse burlado de Sebastián. Cuándo miré que levantó su mano, estaba segura que me iba a golpear y que me iba a doler.
Pero Evan lo detuvo.
Segundos después las amigas de Paola ya estaban a su lado y yo absolutamente sola, así que pensé que probablemente entre todas me asesinarían, pero no me importó.

—Por zorra. —Dije dándole la primera bofetada a Paola.

Hubo jalones de cabello y golpes antes de caer ambas al suelo, por un momento estuvo encima de mí. Escuché los gritos de las personas que estaban observando.
Varios golpes después pude estar encima de ella.
Tenía mucho tiempo que alguien no me hacía enfadar de esa manera, que descargue parte de todo mi coraje en ella.
El coraje de que mi padre se hubiera ido de la casa y destruyera la familia.
El coraje de terminar en un orfanato junto con Sebastian y sólo con una muñeca vieja.

Mi momento de triunfo sólo duró cerca de un minuto, pero aun así lo disfruté demasiado. Una de las amigas de Paola se me lanzó y entre las dos me pegaron por unos segundos.
Después pude ver como una chica se lanzó en contra de la otra, sentí que alguien me haló. Consiguieron apartarme de Paola, pero a la otra chica por más que lo intentaban no podía, le pegaba con tanto coraje como si quisiera matarla en ese instante.

—Ayúdale. —Le dije a Evan.

—Pero no vas hacer nada.

Negué con la cabeza, él me soltó, y miré como, entre ambos lograron quitarle a la chica de encima.
Cuando miré a Paola con una sonrisa burlona, quise volver a golpearla. Pero en lugar de eso caminé a donde estaba Evan con la chica.
Cuando la vi por poco me desmayó de la impresión, era la chica que había dibujado un día, la chica que tenía unos ojos del mismo color de Olivia, pero que no era Olivia.

— ¿Qué fue eso?

—Deberías de agradecerme te iban a matar. —Dijo mientras amarraba su cabello.

Evan estaba mirándola como si hubiera hecho un descubrimiento.

— ¿Me puedes soltar? —Habló fuerte mientras miraba a Evan.

La chica sonrió tímidamente y me miró estirando su mano.

—Hola, soy Miriam ¿Y tú?

—Eileen. —Dije apretando su mano.

—Adiós. —Sonrió mientras soltaba mi mano.

Dio media vuelta y se marchó.
Caminaba tan rápido, daba la impresión de que por unos instantes quería correr.

—Tienes suerte con las chicas, le gustaste. —Dijo Evan.

—Es más hermosa que tú.

Se rió dejando caer la cabeza hacia atrás ligeramente.

—Pero ella no te lo hará, como te lo voy hacer.

Negué con la cabeza. Y me burlé.

—Me lo hará mejor que tú.

—Probablemente. ¿Leíste mí carta?

Después encendió un cigarro.

— ¿Crees que te miras interesante fumando?

—De cualquier manera, soy interesante, ¿Leíste mi carta?

Ni siquiera me acordada de la carta y cuando busqué en la bolsa, ya no estaba.
La había perdido y sin haberla leído. Pensé que era una señal, no sabía de qué.

— ¿Qué decía?

—Nada. —Respondió molesto.

Publicado: 23/06/2020

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