Sebastián habló un día antes de la fecha acordada, sólo para decirme que debido a lo ocupado que estaba, la sorpresa tenía que esperar un poco. Me sentí un poco decepcionada, pero si eso era lo que él decía, tenía que esperar. Cuando le pregunté cuanto tiempo no respondió.
Cuando estaba en la librería, limpiando un estante, alguien entró y saludó, cuando volteé a ver, sonreí amable al mirar a Brandon.
―Hola, ¿Qué necesitas?
― ¿Qué mierda le has hecho?
― ¿Por qué? —Pregunté sorprendida.
Tomó un libro y lo comenzó a hojear.
―Lleva casi una semana sin consumir nada, creo que es un record.
― ¿De verdad?
Él asintió y yo sonreí orgullosa, pensé que por fin después de tanto tiempo mis suplicas habían dado resultado. Quise acercarme a Randy y darle un abrazo, pero logré contenerme.
Estuve todo el resto del día completamente feliz y tarareaba canciones.
Evan fue por mí al salir del trabajo y en cuanto lo miré corrí a sus brazos y le di un beso.―Gracias. ―Susurré.
― ¿Por qué?
―Por intentarlo.
―No es nada fácil.
Tomó mi mano y le dio un beso, en ocasiones me hacía sentir de una manera maravillosa, era algo tan increíble que ni siquiera lo podía creer.
Era su día de descanso, íbamos ir a su casa, pero en lugar de eso fuimos a la costa, Evan estaba parado mirando el cielo y yo lo miraba a él. Parecía tan tierno, parecía un ángel, sólo que sin alas.
Nos sentamos y me recargué en su hombro.
―Te quiero. ―Susurró.
― ¿Qué?
Quería que lo volviera a repetir, quería volver a escuchar esa palabra que para mí significaba todo, ya que era la primera vez que decía algo como eso. Me hizo feliz.
―Nada, Gracias a ti saldré del abismo y tocare las estrellas. —Susurró.
No sabía a lo que se refería con eso y pensé que si se lo preguntaba igual no lo iba a comprender. Se puso de pie y comenzó a quitarse la camisa y yo no pude apartar mi mirada de su abdomen que aún estaba un poco marcado.
―No me mires, me pones nervioso.
La camisa negra terminó en la arena y después me miró y caminó a donde estaba, se puso de rodillas a un lado de mí y comenzó a besarme. Mientras susurraba palabras sucias en mi oído.
― ¿Entonces qué dices?
―No, tengo que llegar virgen al matrimonio.
—Puedo enseñarte para que tú marido no te abandoné. —Dijo mientras besaba mi cuello.
Escuché que comenzó a reírse y yo fingí un enojó.
―Tú no eres virgen, ¿Y si lo hago de manera tierna? —Dijo minutos después.
―Conmigo no seas tierno.
―Que sucia eres. ―Susurró.
Se levantó otra vez y se quitó el pantalón, me tomó de la mano e hizo que me pusiera de pie cuando me haló.
Me pegó a su cuerpo y comenzó a morder mi cuello. Justo donde a mí me gustaba.
Cuando mi respiración se volvió un poco agitada, me levantó y cargó entre sus brazos, aunque intenté separarme de él, fue imposible. Di un grito cuando mi cuerpo terminó en el agua, estaba completamente fría, pero después me fui acostumbrando a la temperatura. Evan se acercó y me estuvo levantando. Después de estar lanzándonos agua a la cara. Hubo un largo tiempo de besos. Cuando noté sabor de sangre lo aparté y salí. Evan lo hizo tiempo después.
ESTÁS LEYENDO
ABISMO
Randomy me subía al cielo, sólo para dejarme caer al abismo. ABISMO: 16 Primer actualización: 18/03/2020