Capitulo 50

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Había perdido mi empleo, debido a que Cecilia ya se había cansado de mi irresponsabilidad y de mi mala convivencia con mi nueva compañera a la cual no le parecía el mal trabajo que hacía. Estaba acostada mirando un canal de cocina, esperando que eso me ayudara a aprender algo, escuché el ruido de la puerta abrirse y Evan entró minutos después a la habitación.

―Yo miró porno esperando un día poder coger como los actores. -Comentó.

―Idiota, tú coges mejor que ellos y yo un día aprenderé a cocinar.

― ¿quieres que te pagué las clases? ―Dijo mientras se deshacía de su camisa.

―No te preocupes por eso.

―No estoy preocupado.

Apoyé su cabeza en mi hombro y del bolso de su pantalón sacó una cajetilla de cigarros.

― ¿ya pensaste en lo que te dije?

―No pienso grabar un video porno contigo.

―Eso nos daría mucho dinero.
―Dijo y sonrió.

― ¿De verdad, quieres que todo el mundo me mire desnuda?

―No, eso fue una broma, sólo yo puedo y voy a poder mirarte así, estoy hablando de lo otro.

―No voy a dejar que me amarres de la cama.

―Eso ya lo hice. ¡Maldita sea! sólo piensas en coger.

Había tantas cosas que Evan me había dicho que no podía saber exactamente, que era a lo que se estaba refiriendo, di un par de mordidas en su pecho.

―Muerdes muy fuerte. ―Se quejó.

―Tú lo haces peor.

―Chillona. ¿quieres cambiarte de carrera?

―Ya no quiero seguir estudiando.

―Te dejo, si dejas la puta universidad. ―Advirtió.

Fingí una sonrisa y cambié de canal, Evan me quitó el control.

―Pon las noticias. ―Dije.

―Mi vida ya es una mierda como para seguir mirando los problemas del mundo, no me interesan. ―Comentó. ―Eso es una mierda.

―Pero a mucha gente le gusta.

―Y no por eso deja de ser mierda, eso solo es una prueba de que a la gente le encanta la mierda.

Puse los ojos en blanco y él siguió cambiando de canal, finalmente terminamos mirando lo que él quiso. Tomé un lapicero que había usado para anotar los ingredientes de una receta y comencé a rayar su brazo

―Cuando quieras rayar algo, ráyate el culo ahora por tu culpa me tengo que volver bañar.

―Te he dicho que no puedo rayármelo. ―Dije mientras terminaba de hacer mi más grande creación.

―Yo te lo rayó.

―No. ―Protesté.

―No te voy a pedir permiso para hacer lo que quiera con lo que es mío, tú nunca lo pides.

Terminó por inmovilizarme y me colocó boca abajo, después quito mi pantalón.

― ¡qué horror! Estoy seguro que eres la única chica que usa esa ropa tan infantil. ―Dijo mientras se deshacía de ella.

―Tú ropa tampoco me gusta.

―Pero te encanta, lo que hay debajo de ella.

―Claro que no.

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