Limpié mis lágrimas, di un suspiro, me puse de pie y salí del baño. Me recosté en la cama, sabía que dejar de existir era la única manera de terminar con mi sufrimiento, pero por más que quería no podía hacerlo en ése momento.
Ya no sabía ni que pensar, sentí enfado conmigo misma por no tener el valor suficiente, aventé la botella de vino después de dar un par de tragos.
Escuché un móvil sonar, me sorprendió el hecho de que había salido sin el. Lo tomé y deslicé mi dedo para poder responder.
—Dressler hijo de puta, ¿Dónde mierda estás?
—Hola. —Murmuré.
—Hola muñeca, ¿Estás drogada?
— ¿Quién es?
— ¿Quién crees? Soy la persona que más piensa en ti en este jodido mundo, ¿Te doy una pista?
—Hola Griego. —Murmuré después de que reconocí su voz.
—Hola, ¿Cómo estás?
—No sé, creo que bien. —Murmuré.
—Genial, creo que te extraño, ¿Me extrañas Eileen?
—Evan no está. —Dije y colgué.
Intenté colocar la contraseña, al darme cuenta que ya la había cambiado, aventé el móvil al otro lado de la cama.
Sonreí y ni siquiera entendí el motivo por el cual lo hice. Abrí una botella con agua, miré mi muñeca definitivamente no debí haberme lastimado de esa manera, pero realmente Evan me hacía enfadar a tal grado de perder el control de mis acciones y mis emociones.
Entre a darme una ducha rápida, estaba sentada a la orilla de la cama, mirando lo bonita que se miraba la ciudad por la ventana. Busque ropa y decidí salir de ahí.
Pensé en esperar a Evan, pero lo más probable es que en ése momento estuviera con cualquier desconocida en cualquier lugar, el sólo hecho de imaginarlo hizo que me enfadara más.
Cuando intenté abrir la puerta, dí un grito de enfado y un par de golpes en ella, me había dejado encerrada, intenté comunicarme con recepción, pero no obtuve respuesta. Realmente Evan iba a terminar por enloquecerme, me deshice del vestido, tomé una botella de vino y entre al jacuzzi, murmuré algunos fragmentos de algunas canciones,. cerré los ojos por algunos segundos, estaba comenzando a marearme, salí del agua y con pasos lentos intenté llegar a la cama, un mueble tropezó conmigo y gracias a su descuido terminé en el piso.
Cuando me puse de pie, caminé hacia la puerta y comencé a golpearla, necesitaba salir de ahí, pero nadie escuchó mis gritos de auxilio o tal vez sí lo hicieron, pero a nadie le importó.
Comencé a temblar, estaba comentando a sentir desesperación, seguí bebiendo más y...
Cuando abrí los ojos, encendí la luz y busque ropa, miré la hora en el móvil, me dolía la cabeza y todo se estaba moviendo a mi alrededor.
Me senté y miré fijamente hacía la puerta por algunos minutos. Marqué a recepción, aventé el teléfono contra el piso al no obtener respuesta.Me puse de pie y avancé hacia la puerta.
— ¿Dónde mierda estabas? ¿Por qué mierda me dejás puta encerrada? —Grité y le dí una bofetada. ¿Por qué mierda me haces esto?
— ¿Por qué estuviste bebiendo?
— ¿Por qué me haces esto? No soy tu perra para que me tengas encerrada.
— ¿No lo eres?
—Vete a la mierda. ¿Con quién estabas?
—No estaba con nadie.
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ABISMO
Randomy me subía al cielo, sólo para dejarme caer al abismo. ABISMO: 16 Primer actualización: 18/03/2020