Capítulo 29

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Evan no me acompañó a la ceremonia de graduación ya que no quería tener problemas con mi madre o con Sebastián. Pero me marcó por la mañana para felicitarme y disculparse por no ir, aunque cuando salí, lo miré parado en una esquina con un ramo de flores y mi felicidad fue mayor. Marinna me detuvo para que no fuera a su lado, pero la ignore. En cuanto llegué a sus brazos me levantó y me dió un beso.

—Felicidades princesa, te quiero.

—Vamos a casa. —Dije.

Negó de inmediato y aunque yo le estuve insistiendo no quiso.

—Después te daré tu regalo.

— ¿Qué es?

Sonreí cuando me susurró, le di un beso y volví junto con Marinna y Nadia.

Por la tarde Marinna y Nadia ya tenían todo organizado para la reunión para festejar mi graduación.

Me sentía incompleta, me faltaba Evan.

Me alegré en cuanto miré a Sebastián llegar, deje de hablar con Tadeo y corrí a su encuentro para abrazarlo.

―Llegue tarde.

Su mirada era un poco triste, pero se esforzaba por ocultarla.

―Ves que si se pudo. ―Dijo. ―Tengo que ir a dejar esta maleta, ahora bajo.

Me dejo y volví con Tadeo en verdad es que esperaba que Evan entrara y que hubiera cambiado de opinión. Pero miraba a la puerta y él no llegaba.

― ¿A quién esperas?

―A Evan.

―De seguro se está drogando. ―Comentó July.

La miré furiosa por lo cruel que había sido con ese comentario, ella puso los ojos en blanco y se fue.

― ¿Se droga? ―Preguntó Tadeo.

―Claro que no, no le hagas caso.

Después de eso Sebastián bajó, se acercó a mí y Tadeo se marchó, parecía que Sebastián no le caía bien.

―Felicidades. ―Dijo y me dio un abrazo.

Después de un largo tiempo me soltó.

―Tu regalo. ―Habló mientras me daba un sobre.

Lo abrí emocionada y con ansias por saber lo que era, abrí la boca y grite cuando miré que era un boleto para ir a Londres.

― Oh por Dios, ¿Con quién voy a ir?

―Conmigo, nos vamos mañana, es la sorpresa de la que te he hablado, sólo dime que no te arrepentirás.

― ¿Es algo malo?

Sabía que esa pregunta estaba fuera de lugar era un viaje a Londres, era obvio que no iba a ser malo.

―Maravilloso, es algo perfecto.

Se fue de ahí, dejándome sola, con demasiada curiosidad y deseando que la tarde del día siguiente llegara pronto. Le mandé un mensaje a Evan y después de casi media hora respondió. Sin que nadie se diera cuenta subí a cambiarme y salí a buscar a Evan tenía que despedirme de él, ya que no lo iba a mirar por un tiempo. No era mucho, pero aun así lo iba a extrañar.

Tomé un taxi y al llegar al apartamento, Randy fue él que abrió la puerta.

― ¿Y Evan?

Al verlo, por la ropa que vestía me di cuenta que probablemente había estado dormido.

―No está, ¿Quieres esperarlo?

―Si.

―Pasa. ―Dijo y cerró la puerta.
Me quedé sentada mientras Brandon estaba en la cocina, luego de algunos minutos apareció con una lata de Coca-Cola, me la dio y se sentó en el sillón de enfrente.

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