Capítulo 18

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Por la noche antes de que diera la hora de ir a la casa de los padres de mi madre, fingí un dolor de estomago y por primera vez en tantos años Marinna me creyó. Así que mire por la ventana como se fueron todos dejándome sola, mire mi celular y con un poco de melancolía, miré la ultima conexión de Jeiron, le mande un mensaje de navidad con la esperanza de que despertara y lo leyera. Estuve por un tiempo mirando películas, cuando recibí una llamada, pensé en ignorarla, pero con un poco de curiosidad, la respondí.

─ ¿Tortuga, estás en tu casa?

─Si.

No tuve necesidad de preguntar quien era, desde el momento que escuché la voz, me di cuenta de que era Evan. Pensé en preguntar que era lo que necesitaba, pero no me dio tiempo de hacerlo ya que colgó.
No le di importancia a su llamada y seguí mirando la película. Sabia perfectamente que no debía de estar encerrada, mientras todo el mundo estaba de fiesta, por un momento me sentí mas amargada de lo que ya sabia que era. Cuando estaba por cerrar los ojos recibí otra llamada, la ignoré cuando miré el número de Evan en la pantalla otra vez. Volvió a llamar y de mala gana respondí.

─Asomate a tu ventana.

Me levante de la cama y caminé lentamente hacia la ventana y lo miré a través del cristal

─Abreme ─Lo escuche decir, mientras lo miraba que juntaba las manos en señal de petición.
Moví mi cabeza negando, colgué y me senté en la cama, mientras pensaba que hacer. Regresé otra vez a la ventana, pensé que ya no iba a estar ahí, pero me equivoqué. Así que aunque no quería, bajé a abrirle. Estaba nerviosa, el hecho de saber que iba a estar cerca de él, había producido eso en mí.

Cuando estaba en frente de la puerta, dudé varios segundos, pero ignorando mi poca inteligencia, la abrí.

─ ¿Qué haces aquí?

─Vine a pasar navidad contigo.

Lo miré por unos segundos, parecía que estaba temblando por el frío.

─A mi no me gusta la navidad.

─A mi tampoco. ─Sonrió.

─ ¿No intentaras besarme?

─Sí lo intento me detienes.

Sabia que no era correcto, dejar pasar a la casa a una persona que era casi desconocida, pero sin hacer caso a mi poca razón, me hice a un lado para que él entrara.

─Deberias pasar Navidad con tu familia. ─Comenté mientras cerraba la puerta.

─Discutí con mi madrastra. ─Murmuró encogiendo los hombros.

─No me interesa. ─Respondi.

Y eso era verdad en realidad, en ese momento lo que menos quería era saber los problemas de la gente, sólo quería dormir por un largo tiempo, al mirar a Evan me arrepentí de haberle abierto, me senté mientras él caminaba alrededor de la sala en ocasiones se detenía a mirar alguna figura de las que mi madre tenía en las repisas.

─Linda. ¿Por qué no apareciste antes de que hechara a perder mi vida? ¿Donde estuviste?

No respondí, fingí que no lo había escuchado cuando dejo de dar vueltas se sentó a mi lado, no entendía el motivo por el cual había ido a mi casa, tenía novia y amigos, pero en lugar de haber ido a donde ellos había llegado a interrumpir mi tranquilidad.

─Ya es tarde las visitas tienen sueño. —Comenté.

─ ¿Quieres que me vaya?

─Dame una buena razón para dejar que te quedes.

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