Capítulo 45

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Había dado un par de vueltas en la habitación, estaba un poco nerviosa era demasiado tarde y Evan no había regresado, finalmente el sueño me venció y terminé durmiendo. Al despertar, lo primero que hice fue observar a mi lado y darme cuenta que Evan no había llegado a dormir, miles de ideas invadieron mi cabeza y cada una peor que la anterior, lleve mis manos a la cara y aunque no tenía ganas, me puse de pie. No tenía otra opción, estaba viva tenía que fingir vivir.

Con pasos flojos, caminé hacia el cuarto de baño, me observé al espejo por unos segundos y comencé a quitarme la ropa, tenía que bañarme rápido e ir a la universidad, tenía dos días que no me había presentado. Cuando Diane llamaba y preguntaba por mí, sólo le decía que estaba enferma, no podía decirle que estaba encerrada en la habitación junto con Evan, él inyectándose heroína y yo aspirando cocaína como si no hubiera otra cosa mejor que hacer, sabía que las había, sin embargo en ese momento no quería hacerlas. Era una situación deplorable, pero era porque yo la había permitido.

Sentí el agua caliente e hizo que mi cuerpo se adaptara a la temperatura, cuando termine de bañarme, me envolví en una toalla, observe la marca de la cortadura que me había hecho en la mano con los vidrios de una botella.

Limpié el espejo un poco y masajeé por unos segundos mi cuello, después de eso, decidí ir hacia la habitación, en el pasillo me encontré a Randy, sentí un poco de vergüenza porque me había visto en toalla, pero él pareció no darle importancia, sonrió un poco y me observo de arriba abajo después de darle una mordida a la manzana que llevaba en la mano.

―Buenos días. ―Saludó.

―Hola. ―Susurré.

Continúe mi camino y en cuanto entré a la habitación, miré a Evan sentado en la cama, en cuanto me miró abrió los brazos y yo caminé rápidamente a su lado me senté en su regazo, mientras él besaba mi pecho.

― ¿Dónde estabas? ―Pregunté mientras lo miraba a los ojos.

Frunció el ceño y guardo silencio por unos segundos, era obvio que estaba buscando una respuesta creíble.

―En la casa de Cesar.

―No te creo. ―Comenté.

―Sinceramente, no me importa. ―Dijo fríamente.

Intente ponerme de pie, pero él me impidió que me moviera sujetándome con fuerza. Se dejó caer en la cama halándome con él.

― ¿a que fuiste con tu padre?

Tenía un poco de curiosidad sobre su relación.

Se movió y yo me aparte de él, parecía un poco molesto por la pregunta.

―Dijo que me portara bien y ya no dañara más su imagen, si no me importa la mía, no sé qué la hace pensar que me interesa la de él. ―Dijo mientras del buró tomaba la bolsa con polvo.

― ¿Por qué no lo quieres?

― ¿Cómo voy a querer a alguien que me alejo de su vida por mucho tiempo? ¿Cómo quieres a alguien que nunca te dio un consejo? Simplemente eso es imposible.

―Debes de olvidarlo.

―No te metas, si piensas que eso es fácil ve y busca a tu padre y dile que lo perdonas porque te abandono. ―Gritó.

―No es lo mismo. ―Comenté dolida.

―No claro que no.

Y como estaba enfadada con él por lo que había dicho, me puse de pie y le quite la bolsa de polvo, una expresión de enfado adorno su rostro, una mirada que me dio un poco de miedo me observo por un instante, me di cuenta que eso no había sido lo correcto.

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