Cuando desperté, amarré mi cabello y decidí ponerme de pie, tomé el celular y le devolví la llamada a William, pero no respondió, quería pedirle disculpas porque no había hecho nada por evitar el comportamiento de Evan. Tiempo después recibí una llamada de Sebastián y la respondí de inmediato, estuve conversando con él por un tiempo. Sonreí cuando miré a Evan entrar a la habitación, cruzó los brazos mientras me observaba por unos segundos. Sólo deseé que no hiciera una tontería.― ¿Con quién estás hablando?
―Con mi hermano. ―Respondí, mientras lo miraba pidiéndole que no lo hiciera.
Negué de inmediato, cuando estiró su mano en señal de que le diera el móvil.
― ¿Qué está pasando? ―Escuché a Sebastián decir antes de que Evan me quitara el celular.
Me molestó eso. Tuve ganas de golpearlo y de hacer un escándalo, pero me contuve. Cuando se dio cuenta de que no le estaba mintiendo, me lo regresó y salió de la habitación.
― ¿Eso es lo que tu entiendes por amor? ―Escuché a Sebastián decir.
Estaba segura que si Sebastián hubiera estado enfrente de mí, su mirada hubiera sido cruel conmigo, después de que terminara de golpear a Evan. No supe que responder y lo único que hice fue quedarme callada mientras esperaba escuchar todo lo que quería decir.
― ¿Qué pasa contigo? Aléjate de él, mándalo a la mierda. ―Gritó alterado.
―Pero no sé qué le está pasando, no siempre es así.
Evan era celoso, pero no entendía porque en esos momentos su comportamiento era de esa manera, no entendía nada. Y lo más estúpido era que quería entender a Evan cuando llevaba varios años tratando entenderme a mí. Di un suspiro mientras Sebastián guardo silencio. Estaba seguro que su respuesta no me iba a gustar, porque en ocasiones no me gustaba escuchar verdades.
― ¿Quieres que vaya por ti?
―No, estoy bien, cuídate.
―Tengo que decirte algo.
― ¿Qué? ―Pregunté preocupada.
―Te quiero.
Después de decir eso colgó, deje caer el celular en la cama y salí de la habitación ese iba hacer mi último día ahí y quería dar un paseo por el lugar, en cuanto salí de la casa miré a Evan hablando con un chico, negué de inmediato cuando miré que él se retiraba junto con la caja grande que Evan había guardado en la cochera. Pensé en detenerlo, pero si esa era su decisión, que hiciera lo que quisiera.
Caminé lentamente hasta donde se encontraba, me paré a su lado.― ¿Se enfadó tu hermano?
― ¿Tú que crees?
―Lo siento.
― ¿Tienes un motivo para desconfiar de mí? ¿Cuál es?
Necesitaba saber que era lo que había hecho malo, pero según yo aún no había ninguno.
―Ninguno, no es tu culpa es solo que tengo miedo de que te vayas, un miedo que nunca había sentido antes. Intentaré controlarme.
Sonreí burlándome porque realmente no le creía, sin embargo, no estaba dispuesta a discutir con él, para Evan no existía la definición de la palabra control o tal vez en su diccionario estaba incorrecta.
―Te tengo una sorpresa, adivina.
―Un localizador y una App espía para mi celular. -Respondí.
Luego me arrepentí porque solo le estaba dando ideas.
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ABISMO
Randomy me subía al cielo, sólo para dejarme caer al abismo. ABISMO: 16 Primer actualización: 18/03/2020