Noruega {3}

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Parte 5

Los días en el campo son de los mejores, hasta que cae la nieve y no tienes calefacción.

La noche había caído, de estar a menos diez grados pasamos a estar a menos treinta.

- Me muero de frío - Isla tartamudeo arropada con una sábana enorme junto a su hermana - ¿No hay dos cobijas?, no quiero compartir una con mi hermana.

- No niñas lo siento, tuvimos que darle una a FBI y a CIA, no queremos que se enfermen - Dina les dio palmaditas en la cobijita para después ir a prender velas.

- Podemos prender un fuego en la chimenea - Mire a la caja donde guardamos madera seca - El único problema es que no tenemos y no pienso salir a talar árboles ahorita.

- Entonces mejor nos vamos a dormir, así la noche pasará rápido - Dina me tomo de las mejillas y me dio un beso en la frente - Buenas noches hermano.

- Descansa - sonreí, yendo a mi cuarto.

Abrí la puerta viendo a Nada mas y a nadie menos que a FBI acostado en mi cama.

- Oye... tienes tu propio cuarto - señalé a la puerta - Largo.

- Estás idiot si you think que me iré a dormir alone con este cold - me tartamudeo envolviéndose con la cobija - What the fuck is wrong with this country.

- Bienvenido a Noruega, aquí tenemos frío a veces y luego calor, pudiste no trabajar para mi - me senté en la orilla de la cama - ¿No te moverás cierto?.

- No princeso - abrió la cobija como si fueran un par de alas - Ven aquí.

- No gracias dormiré en esta esquina sentado - guards mi diario en la caja a los pies de la cama, no quería que él lo leyera.

- Bueno entonces - se movió para estar pegado a la pared - Compartimos.

Mire de reojo al pequeño espacio que me dejaba, no podía culparlo, tenía los hombros enormes comparados con los míos.

Lentamente apoyé mi cabeza en la almohada a lado de él, esto era vergonzoso y humillante a la vez.

- Entonces... Alemania.

- ¿Que con él?.

- Veo que ustedes, los nórdicos, tienen una extraña obsesión con él.

- No es obsesión, es nuestro amigo idiota.

- Si pero... siempre están con él, lo abrazan, casi casi lo besan.

- Eres un tarado.

Nos quedamos en silencio un rato hasta que FBI musitó

- A veces siento que me odias - FBI coloco sus manos en su pecho - No me gusta sentirme así, ¿puedo hacer algo para cambiarlo?.

Me dejo sin palabras, no creí que fuera a hablar sobre ese tema.
Abrí la boca para decir algo pero se robo la palabra nuevamente

- Es difícil para mi, entender cuando algo es molesto o incómodo para otras personas, yo siento que lo que hago está bien.

- Digo... eh... no me molesta nada de lo qué haces, ósea si a veces pero... no quiero hacerte sentir mal por eso - me cruce de brazos viendo el techo.

- ¿Por que no?, ¿crees que no puedo tomar críticas constructivas?.

- No se que tanto te afecte lo que te diga, prefiero mejor cerrar la boca.

Se giró hacia recostándose de lado, con una mano apoyando se cabeza para verme desde arriba

- Soy un militar Noruega, lo que sea que me hagas no duele tanto como es el entrenamiento que me dieron ahí - se burló de mi - Ademas, se supone que tú no me quieres, ¿por que te importaría si me afectara lo que me digas?.

- Por que yo si pienso en los demás y no soy un apático de mierda como cierta persona - le reclame, girándome para no verlo y envolviéndome con la cobija - Déjame en paz.

Hubo minutos de silencio que se sintieron eternos, todo era demasiado incómodo.

Él es un apático, es lo que no soporto de su personalidad, no logra comprender y ni siquiera intenta entender como se sienten Los demás.
Todo su mundo gira alrededor de él, "yo yo yo yo ah y yo".

- Princeso, me dices apático y tu eres la persona más arrogante que ha pisado el planeta - me encaro, sentándose en la cama - Por favor, todo te lo han dado en la mano, eres literalmente una princesita, crees que todo debe caerte en la palma de tus manos por tu linda cara bonita y créeme, no es así.

Se levantó de la cama, yendo a la puerta enojado,
¿Ahora yo soy el malo?.

- VEN AQUÍ IDIOTA NO HE ACABADO - le lance una almohada.

La atrapó en el aire, lanzándola de regreso con tanta fuerza que me noqueó, haciéndome caer contra la pared.

Por un momento sentía que mi cabeza daba vueltas, hasta que cerré los ojos.

Parte 6

Amanecí con un dolor de cabeza brutal, además de que la luz del sol me pegaba en los ojos. Poco a poco los fui abriendo, tocándome la parte de atrás de mi cabeza, seguro el idiota de FBI me pego.

Quise levantarme para sentar en la orilla de mi cama, pero había un gran peso encima mío.
Me giré para ver qué había, viendo los brazos de FBI rodeando mi cintura, estaba pegado a él, mi cuerpo contra el suyo.

Si no hubiera sido por que me dolía demasiado la cabeza seguro había gritado como loco.
Me mordí la lengua, ya sentía mis mejillas calientes de los nervios

- Idiota - lo llame, picándole el cachete - Despierta imbecil.

La puerta se abrió, una CIA empijamada entrando con un cepillo de dientes en la mano

- FBI tu café está listo, para cuando gustes soltar a tu perro - me apunto - ¿Estuvo rico anoche?.

- Que vulgar, no no hicimos eso - escupí enojado.

- Lamentablemente - FBI se levantó con un ojo abierto - Ahorita voy por mi café.

- Bien, cierra la puerta con seguro a la próxima, casi me traumo - CIA se alejo con la misma cara de cansancio de siempre.

Lo mire enojado, tenía muchas cosas que explicarme

- ¿que fue eso?.

- Disculpa, anoche te golpee muy fuerte en la cabeza con la almohada y me sentí mal - se acomodo la camiseta para ponerse el chaleco anti balas.

- ¿Entonces me pegaste y luego te acostaste a mi lado?.

- Si.... ¿Perdón?.

Bufé de mala gana, levantándome para ir a checar al espejo que no me hubiera desangrado.
Es un animal ese hombre.

- ¡NORU VAMOS A NADAR AL LAGO! - Isla gritó - ¡Ponte traje de baño!.

Ay no, odiaba nadar, mas que nada por que tengo que hacerlo sin camisa y odio ver mi cuerpo flaco sin chiste.

- Oye Noruuuu - FBI me llamo.

Me asomé a ver que quería el nefasto, viéndolo con uno de mis trajes de baño que le quedaban súper ajustados, obviamente mostrando el six pack que traía

- ¿Me lo prestas?, es que no venía preparado.

No podía hablar, tenía la lengua pegada al paladar, solo asentí.

- Entonces vamos chico - salió del cuarto dejándome atónito.

- Diosito sálvame - suspire.

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