Sofia

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El rayo del sol me despertó al día siguiente, además de un sonido molesto de mi lado izquierdo de la cama.

Me giré lentamente viendo a FBI acostado, roncando como un oso.

Lo último que recordaba de ayer era que intente buscar a Naomi en todos lados pero no la encontraba, hasta que FBI me encontró a mi y me arrastro de nuevo a mi cuarto.

- Tengo hambre - FBI murmullo abriendo los ojos.

- Entonces deberíamos de ir a comer ¿no? - bostecé estirándome.

- Vístete y salimos de aquí, tu padre no te puede ver con ese vestido transparentoso - se sentó en la cama limpiándose la baba que chorreó en su sueño.

- ¿Que tiene de malo? - mire a las mujeres entrar con otro vestido, asentándolo en la mesa.

- Para mi nada, para él es no es lo más pudiente que digamos - las mujeres le pegaron en la cabeza con un abanico mientras pasaban - ¡HEY!.

Me escondí detrás de una cortina de madera, de esas que utilizaban en la antigua Roma en lugar de closets, estirando mi brazo para que las mujeres me pasaran el vestido.

- Hoy es un día especial - una de las mujeres hablo.

- ¿Y eso por que sería? - asome la cabeza para verlas.

- Ya veras - me guiñaron el ojo sonriendo.

Marshmallow entro con un pedazo de pechuga de pollo en la boca, de solo verla mi estomago me gruño.

El vestido era más lindo que el anterior, bueno más que nada por que este si tenía color. Era un vestido azul con morado y una corona dorada con velo morado, y mucha Joyeria.

Me senté en la mesa, tomando todo lo que veía y comiéndolo desenfrenadamente.

- Tranquila no se irá a ningún lado - Romano pasó por mi lado, sentándose enfrente mío - Buenos días Princesa.

Seguí comiendo sin dirigirle la palabra.

- El día de hoy será entretenido para ti - sonrió - Te llevaré a mi coliseo para una demostración de pelea.

- Mmh - musite mientras comía.

- Y te daré un regalo - levantó la barbilla.

- No gracias - me metí un pedazo de pan a la boca.

- Te gustará.

- Lo dudo muchísimo.

- Ya verás.

Al oeste de la Isla, había un coliseo, no tan Grande como el original pero de un tamaño decente. Es una réplica exacta, hasta los asientos. Recuerdo estudiar de estas peleas en clase de historia, siempre me interesó pero no lo creí ver en persona.

Nos sentamos en una área VIP, con sillas acogedoras y la vista perfecta.

FBI se paro a mi lado, colocando su mano en el respaldo de brazos.

- ¿Es hermoso no lo crees? - me pregunto Romano.

- He visto lugares mejores - hable sin verlo.

Su suspiro me hizo sonreír, por fin lo estaba cansando con mi actitud.

- Suelten al Leon - gritó Romano.

De una de las jaulas salió el animal, se veía prepotente y feroz, rugiendo al vacío.

- Ahora, suelten a la luchadora - apuntó a la jaula contraria.

De esta empujaron a Naomi, que cayó al suelo al tropezarse con la arena.
Me levante viéndola asustada, sólo le habían dado un cuchillo para defenderse.

Representantes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora