Sofia

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El sonido de pájaros cantando me despertó, me dolía la cabeza y tenía la garganta reseca, de seguro por la anestesia.

Mire alrededor, viendo la cama del cuarto, que tenía telas finas colgadas del techo, las sábanas eran de seda y los suelos de mármol.

- ¿Que diablos? - susurre viendo la enorme ventana de donde venía la mayoría de la Luz.

Estaba amaneciendo, no sabía cuánto tiempo me había quedado dormida pero supuse que demasiado.

- Buenos días - FBI me hablo desde una silla a lado de mi cama - Ya era hora de que despertaras.

Me levante lentamente tocándome la cabeza.

La puerta se abrió, cuatro mujeres vestidas con vestidos romanos entraron en fila, haciendo que salte de la cama y me ponga detrás de FBI.

- Tranquila - me susurro.

Las mujeres sacaron de unos cajones un vestido, una corona de hojas dorada y unas sandalias, acercándose a mi lentamente con ellas.

- Puedo vestirme sola - les dije asertivamente.

- Tú padre nos está pidiendo que lo hagamos nosotras - una de las mujeres me susurro tímidamente.

- ¿Padre? - junte las cejas.

Todas asintieron, una hincándose para quitarme los zapatos y otra quitándome la liga de cabello.

- Retírese soldado - una de las mujeres le ordenó a FBI - Solo mujeres pueden estar en este cuarto ahora.

FBI bufo, mirándola con desprecio antes de salir y cerrar la puerta detrás de él.

- Hombres - susurro harta, acercándose a mi con el vestido - ¿Como dormiste cariño?.

- Bien... supongo - me desabrocharon la blusa, quitándola y colocándome el vestido.

Se sentía bonito, la tela era bella y tenía un broche de oro que pesaba demasiado en el hombro.
Las mujeres se acercaron, peinando mi cabello en dos trenzas y colocándolas alrededor de mi cabeza como una corona, colocando después el adorno de oro en esta.

- Tu padre te espera en el comedor - la mujer me sonrió - Supuso que tendrías hambre.

Salí del cuarto viendo a FBI esperándome, con Marshmallow a su lado.
El lugar era enorme comparado con lo que yo pensaba que sería. Todo se veía como en la antigua Roma. Excepto FBI con su traje completamente negro que destacaba como un arroz quemado.

Entre a un area completamente despejada, viendo una mesa con comida que se veía apetitosa.

- Sofía - un hombre me llamó detrás mío.

Me giré viendo a Romano, acercándose con las manos en la espalda.
Rápidamente saque un arma del bolsillo de FBI y la apunte hacia su frente, bufando para intentar aparentar que no estaba nerviosa.

- Tranquila - levantó las manos - No vengó con el afán de hacerte daño.

- ¿¡DONDE ESTOY Y DONDE ESTA NAOMI?! - grite gruñiendole.

- ¿Naomi? Ooooh, te refieres a la chica - sonrió - Tranquila, ella está bien, y bienvenida a tu nuevo hogar.

- ¿Hogar? - me aleje de FBI que intento tomar mi arma.

- Si... esta es tu casa ahora - apuntó a la mesa - Debes de tener hambre.

Mire de nuevo a FBI, que rápidamente tomo la pistola y me la quito, colocándola de regreso a su funda.

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