Representantes

Inglaterra {4}

El juicio empezó a las doce de la mañana.

Podría resumir El juicio, en que fue un total fracaso hasta el momento. Se notaba que el juez odiaba a Alemania, y sus expresiones eran muy obvias.

Los abogados eran buenos, pero el que yo contrate para Ale era el mejor en Europa.
Un hombre que sacó a millones de personas de la cárcel por crímenes brutales como asesinatos y robos. No había forma de perder el juicio.

Y después de tres horas de discusión tras discusión, el juez y el jurado salieron a tomar una decisión.
Jamás había sudado tanto en mi vida.

- Todo saldrá bien Alemania - el abogado se acercó a él tomándolo de los hombros - Buscare una sentencia justa para ti.

- Yo no quiero una sentencia, yo no hice nada malo - Ale tartamudeo juntando las cejas.

- Lo sabemos - le recalque para que no se sintiera mal - Pero ellos no lo aceptan.

- Tu puedes Ale - Dina le echo porras desde su asiento.

- Break a leg - Estados Unidos murmullo viendo su libro de cómics.

Por fin el jurado y el juez entraron, ambos con caras caídas significando que nosotros habíamos ganado el juicio.

- Señor Alemania, después de una larga discusión, la corte suprema de Inglaterra te ha nombrado culpable de los crímenes de lesa humanidad, genocidio masivo de una especie y crímenes políticos contra varios países - suspiro moviendo unas hojas - Pero ya que usted es un menor de edad y su figura de autoridad, Adolf Hitler, fue el que procedió con todos los mandos y crímenes, te daremos una sentencia de veinte años expulsado de su país, con una orden de alejamiento de varios representantes y se quedará con Inglaterra como su figura de autoridad hasta que se le catalogue psicológicamente capaz de regir un país.

Y con eso, dio el martillazo.

- Espera, ¿veinte años? - Alemania tartamudeo - Pero, pero yo no hice nada.

- ¿Ah no? - el juez sonrió - ¿Y que con esos hombres nazis huyendo en tren que decidiste ayudar?, ¿creíste que no nos daríamos cuenta?.

Se quedó callado, recostándose de regreso en su asiento.

- Me estoy haciendo tonto con eso chico, pero créeme, si fuera por mi, te decapitaría la cabeza, quizás así todos esos nazis morirían junto con tu régimen - se levantó acomodándose su bata - Este juicio acabo se pueden ir a sus casas.

El abogado se levantó con una sonrisa, mirando de regreso a Ale que no estaba nada contento

- Mira Chico no es lo mejor pero por lo menos no estas en la cárcel por un tiempo indefinido, me pagaste para ir te salve.

- Lo hiciste bien - lo felicité - Gracias.

Ale se levantó aporreando sillas y mesas, saliendo enfurecido, me lo esperaba sinceramente.

⚠️TW: mención de self harm y posible suicidio ⚠️

Regresamos al castillo, dejando a Dinamarca en su respectivo cuarto, checando que los chicos estuvieran bien ya acostados en sus camas, analizando unos papeles y por fin yendo a ver a Ale que se había encerrado en su cuarto desde que llegamos.

Me daba lástima el chico, se que no es malo, le han tocado vivir cosas duras pero se que puede salir de esta con un empujón.

- Oye hijo - toque la puerta - Quiero hablar contigo.

No escuchaba nada al otro lado, así que no quería hablar conmigo.

- Oye.. entiendo que te sientas mal, el juicio no fue del todo Justo, pero puedo ayudarte a que te dejen regresar a tu territorio, quizás con un poco de servicio comunitario o buenas obras podemos hacer que te consideren mentalmente estable - suspire pegando mi cabeza a la puerta - Ya se que me odias, pero de verdad quiero ayudarte, se que puedes dar muchisimo, tienes mucho por delante, no te des por vencido.

Para mi sorpresa, no lograba escuchar absolutamente nada, todo estaba en un espeluznante silencio detrás de la puerta

- Alemania - intente abrir la puerta pero tenía candado, así que opté por golpearla - ALEMANIA ABRE LA PUERTA.

No me la pensé dos veces, me giré para patear la puerta y romperla.
Corrí dentro viendo al chico tirado en el suelo con pastillas alrededor de él, como si se le hubieran salido volando después de abrir la botella.

- ALEMANIA - me tire al suelo sosteniendo su cabeza - ALEMANIA AGUANTA UN POCO.

Con el grito más agudo que pude, grite que alguien me ayude, no podía sentir su respiración, aunque no podíamos fallecer por sobredosis, si nos podía dejar muy mal físicamente, al igual que a su territorio.

Dina entró corriendo, viéndonos con los ojos como platos, soltó el grito más horrible que había escuchado. Cuando por fin dejo de gritar le pedí que llamara a un médico lo antes posible.

Se fue corriendo, dejándonos solos.
Tenía que despertarlo, si no los daños serían irreparables.
Lo acosté de regreso al suelo listo para hacerle RCP.

Lo intente una vez, no pasó nada, mi desesperación crecía y crecía con cada vez que lo intentaba y no daba resultados.

Después de la quinta vez de respiración boca a boca, tosió un mundo de pastillas que se habían quedado atoradas en su cuello, tosiendo desesperadamente e intentando respirar.

- Ya está ya está tranquilo - le di palmadas en la espalda.

Entro corriendo Dina, con el médico de cabecera del castillo y el rey Jorge, que nos miraba atónitos. El médico no tardó ni dos segundos en ir a checar los signos vitales de Ale, que aún estaban débiles.

- ¿¡QUE DIABLOS ESTA PASANDO AQUÍ?! - Jorge me gruño muy... muy enojado.

- Jorge puedo explicar todo esto - intente tranquilizarlo.

- ¿¡Que me quieres explicar?! - me gritó - ¿¡Tu traición a la corona, que tienes un criminal en el castillo o que has hecho todo esto detrás de mis espaldas?!.

- Te prometo qué hay mucho más detrás de esto, no lo hice para desobedecerte.

- ¿Esto es un juego para ti? - me tomo de la corbata - No tienes ni idea de lo que hecho, es grave, muy grave.

- No, no lo es - trague saliva - Te prometo que no lo es y yo tomare toda la responsabilidad.

- ¿Por que tomarías la responsabilidad de un criminal? - me exigió una respuesta.

- Por que no es un criminal es...

En ese momento, dos de mis neuronas conectaron, escupiendo la cosa más estupida e imbecil que jamás he creído ser capaz de decir

- Es mi amante.