Sofia/Alemania/FBI/ Interpol

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El desayuno estuvo más callado de lo usual, cuando Romano no estaba, Esparta y yo podríamos hablar de lo que sea.
Ahora solo escuchaba el crujido del pan y como masticaban la comida.

Interpol se salió por mi ventana buscando a Alemania, me dijo que regresaría antes de las doce de la tarde.

- Hijos hoy será un día espectacular - Romano nos sonrió - Hoy empieza nuestro plan para formar el imperio.

- ¿Como piensas hacer eso? - Esparta levantó la ceja.

Se levantó de su asiento, sacando de un cajón las botellas con el líquido azul

- Esto es un elixir para controlar mentes - lo asentó enfrente de él - No podemos matar a los representantes, pero si controlarlos para que hagan lo que nosotros digamos.

- Eso no está bien - susurre - Todos deberían de tener libre albedrío.

- El mundo estará en mejores manos con ustedes dos a cargo - Romano me tomo la barbilla levantándola - Alemania se encargará de hacer más para todos los representantes.

Quite mi cara y me aparté, caminando a mi cuarto.
Espero Interpol ya esté ahí.

- Sofía - Romano me llamo - No te puedes levantar de la mesa así, es de pésima educación.

- Deja de hablarme como si fueras mi padre - le gruñí harta - No lo eres.

- Tus padres están durmiendo plácidamente mientras todo esto está pasando - se cruzó de brazos - Ahora yo soy la única persona que le importas realmente.

- No te importo... no intentes manipularme.

- No lo estoy haciendo - me tomo de los hombros - Sabes siempre quise una niña, fuerte como tú, hasta se me hace extraño que tengas esa fuerza.

Mire más allá de su hombro, viendo a Interpol acercándose con un cuchillo en mano.

- ¿Por que lo dices? - pregunte para que no escuchara a Interpol.

- Quizás las estrellas están involucradas en esto - me quizo tocar la frente.

Rápidamente Interpol le clavó el cuchillo en la espalda, empujándolo lejos de mi y tomándome de la mano, saliendo rápidamente del cuarto.

- ¡Falta Alemania! - grite.

- ¡No hay tiempo para Alemania! - me gritó de regreso, tomando a Esparta que se levantó rápidamente de la mesa.

- ¡Esperen! - corrí de regreso a la mesa tomando las botellitas con el elixir - Ya estoy.

Salimos del palacio corriendo, yendo hacia los árboles y esperando que haya un lugar donde nos puedan recoger.

-Alemania-

- Apúrate con eso - un hombre de negro me presiono con el elixir.

- Toma tiempo - susurre.

- Entonces hazlo más rápido tenemos millones de botellitas que rellenar - me gritó una chica.

Me dieron un caldero enorme en el cual trabajar, llevaba horas sentado con químicos alrededor mío.

- Huele terrible... - una chica susurro.

No dije nada, me quede concentrado en el producto que empezó a burbujear lentamente

- ¿Se supone que debería de hacer eso? - otro pregunto acercándose.

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