(AU) Rusia 3

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Me baje en la entrada del teatro, intentando no caerme con el vestido largo y los tacones que pisaban la tela a cada rato.

- ¡Rusia, aquí estoy! - La voz de Alemania esperándome en la entrada hizo que me tranquilizara.

Me acerqué a él, tomando su brazo para que me guiara a nuestros asientos.

- No puedo esperar para escuchar a Colombia cantar, tiene una voz muy linda - Alemania comentó.

- Si lo creo - asentí.

Ver a tantos representantes en un mismo sitio me recordaba a las juntas en la ONU.
Las odiaba pero me gustaba ver a mis hermanos ahí.

Nos sentamos en las filas de en medio; enfrente de nosotros teníamos a Canadá y a Syria sentados cuchicheando y riéndose, Par de tórtolos.
Mire detrás mío, viendo a tres filas a México y al odioso de Estados Unidos hablándole mientras el otro me miraba con una sonrisa.

- El amigo raro de Estados Unidos no para de mirarme - vocifere enojada.

Alemania miro de reojo, riéndose un poco mientras regresaba la mirada a mi

- ¿Hablas de Méx?, pero es muy buena onda.

- No me importa si es buena o mala onda me cae mal y punto - gruñí.

- A mi me caías mal cuando eras mi target, y míranos ahora - sonrió.

- Si recuerdo... querías matarme por comunista - mire el suelo - Casi te mato.

- Yo quiero diferir - se hizo al indignado.

Mire de nuevo a México, que seguía viéndome con una pequeña sonrisa nerviosa.
Hice una mueca de esas qué haces cuando descubres a alguien mirándote y me regrese a mi sitio.

Ya todos estaban sentados, listos para escuchar a Colombia.

El telón se abrió, viéndola en un vestido negro de brillos, el cabello largo hasta la espalda y los labios rojos.
El vestido se le veía bien, no tenía mucho pecho pero se veía muy elegante y fina.
Su voz era preciosa hasta para ser de ópera.

- Oye Rusia - Alemania me susurro.

Me giré para verlo mejor haciendo un sonidito con la boca como para decir "¿que sucede?".

- He pensado... sobre nosotros - continuo nerviosa.

- ¿Nosotros? - levante una ceja.

- Si... es que... siento que quizás... podríamos funcionar siendo más que amigos.

- Ay... Ale... ahorita no... - negué con la cabeza - No es buen momento, mejor disfruta la ópera.

Me miro detenidamente, luego se giró viendo a Colombia soltando un suspiro cansado.

- Siempre me dices eso - susurro.

- Sabes que ahorita no puedo tener una relación, estoy ocupada.

- Claro... ocupada - asintió.

Vi hacia arriba mientras giraba los ojos, viendo una luz roja desde lo más arriba del teatro, apuntando a un representante.

- ¡ABAJO TODOS! - grité.

Todos se agacharon, la bala pasando por un asiento.

Salí corriendo de mi asiento, subiendo las escaleras hacia el cuarto piso donde estaba el tipo.

- RUSIA ESPERA - Ale me gritó.

Tome mi arma de la parte de atrás de mi vestido, metiendo un cartucho y cargando.

Subiendo el segundo piso, un hombre vestido todo de negro me salto como si fuera una rana, corriendo hacia las escaleras que llevaban al techo.

Lo seguí, disparando sin darle exitosamente.
Abrí la puerta del techo, apuntándolo en la espalda

- ALTO - grite - ¡Manos donde pueda verlas!.

El hombre se giró, quitándose la máscara y mostrándome su rostro, era Noruega. Baje mi arma, era imposible, él había desaparecido junto con sus hermanas hace unos años

- Hola Rusia - Noruega sonrió - Tanto tiempo sin verte.

- Noruega - susurre.

- Iba a matarlo y me lo impediste... muchas gracias - bufó enojado.

Se giró para tirarse, pero lo tome de la parte de atrás y lo aventé hacia atrás

- ¡¿DESAPARECES Y TE VAS SIN MÁS?! - gruñí - ¡IDIOTA!, ¿DONDE ESTA DINA, SUECIA, FIN E ISLA?.

Sonrió de ladito con aire de superioridad

- Entrenando... arduamente - me metió el pie, tumbándome al suelo y saltando fuera del edificio.

- NO - grite, lista para aventarme, viendo un helicóptero elevarse con Noruega en el.

Mi pie tropezó, cayendo hacia enfrente donde estaba la orilla.
Dispare hacia arriba, dándole en el ala del helicóptero.

Sentí una mano tomar mi muñeca, dejándome colgando del edificio.

- Te tengo - México me miro asustado - Te tengo.

Una bala atravesó su cuello, la misma que había disparado hacia el helicóptero, su sangre salpicando en mi cara. Pero no me soltaba, podía ver que se quedaba sin aire pero todavía estaba aferrado a mi.

Subí con ayuda de un hueco en la pared, tomando su cuerpo y tirándolo al suelo entre mis brazos.

Le cubrí la herida, intentando no mostrar emoción, pero en si ver su dolor me daba conflicto.

- Te atrapé - susurro, sonriéndome de lado.

- No hables - le ordene - Ya vendrán a curarte.

Él asintió, cerrando los ojos, desmayándose con su cabeza en mi pecho.

Alemania subió al techo diez minutos después, hincándose a mi lado checando si México estaba bien.

- ¿Que sucedió? - me pregunto.

- Vi a Noruega - susurre atónita.

- Imposible, desaparecieron por completo - dijo sin creerme.

- Esto es malo, dijo que sus hermanas estaban entrenando... ¿pero para que? - junte las cejas - No tiene sentido.

- Tenemos que hablar con FBI y ONU... ellos sabrán que hacer - tomo el cuerpo de México, levantándolo del suelo - Lo llevaré a que lo curen adecuadamente.

- Si mejor, aléjalo de mi, yo necesito pensar un rato - mire a donde el helicóptero se había ido.

Nada tenía sentido, la última vez que los vi me dijeron que iban a ir a una excursión en el mar y su barco desapareció. ¿Por que estarían entrenando?... ¿y a quien querían matar?.

Cheque el asiento al que había disparado, viendo que era el de Estados Unidos.
Ahora somos unos cuantos los que quieren matarlo, ¿pero por que querían los nórdicos matarlo?.

Algo me decía que había algo más a fondo que lo que parecía en la superficie.

Representantes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora