Venezuela

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- OYE IRAQ - le grite desde el sofá - ¿DONDE ESTÁN LAS NOVELAS?.

Llegó hecho una bala, tomando el control de mi mano y tirándolo contra el suelo.

- ¿Por que fue eso? - tartamudee.

- Tu gritó es agudo y me lastima - me gruño con los puños temblando del coraje - Cállate.

- Ay que nefasto, cero estrellas - me cruce de brazos.

- ¡No soy hotel! - gritó.

- TUS GRITOS ESTÁN PEORES QUE LOS MÍOS - levante la voz.

Se me abalanzó, tomándome de la ropa y tirándome al suelo.

- DEJA DE CHILLAR ME LASTIMA - gritó, cubriéndose una oreja que sangraba.

Me quede atónito viendo como corría al baño y se encerraba con candado.

Me levante tambaleante, tocando la puerta con suavidad.

Iraq es muy impulsivo, muy brusco, muy imponente, pero a veces su actitud me preocupaba.

Le hablaba y no me escuchaba hasta que estaba a centímetros de él. Cuando lo agarraba desprevenido, saltaba y me tomaba el brazo para romperlo hasta que se daba cuenta que era yo.
Se ponía tenso por lo mínimo y se cubría la cabeza como si se protegiera.

Y ahora estábamos en uno de esos momentos en los que algo así pasaba.

- ¿Estás bien? - Volví a tocar la puerta.

Silencio absoluto, ni siquiera escuchaba un suspiro.

- ¿Puedo entrar? - tartamudee.

Se escuchó el candado abrirse, la puerta abriéndose lentamente.
Entre, viéndolo tirado en el suelo de la tina con botellas de alcohol alrededor, parecía un vago borracho.

- Perdón... umm - me senté a lado - No se que decir.

- No digas nada - musitó, tomando más de la botella.

- Te ves mal así - Apunte a su desastre.

No respondió, tomando más de la botella.
Mire el suelo, viendo un álbum de fotos a lado del inodoro.
Lo acerqué con el pie, abriéndolo para ver dentro de este.

Adentro había fotos de Iraq uniformado de militar, otras con unos amigos en el desierto con su uniforme, otras sin él pero en todas estaba sonriente.

- Guerra... me dejo así - apunto a su oreja.

- ¿La Guerra te dejo sordo? - mire de regreso - Eso explica muchas cosas... pero mira te ves... feliz.

Soltó un suspiro hundiéndose en la tina, tirando las botellas de alcohol y bañándose en ellas.

- Ew - susurre.

Me levante prendiendo la regadera, el agua limpiando el alcohol y mojándolo.

- Te odio - susurro con disgusto.

- Denada - me aleje a su closet para traerle ropa - Que flojera verte ahogándote en la miseria.

Tome la pijama más básica y Cerré la puerta del closet, topándome con Iraq detrás de esta todo mojado.

- De regreso - le di la vuelta - Báñate apestas a vodka.

Lo metí de nuevo a la regadera, asentando la ropa a su lado y sentándome en el suelo.

- Salte - me ordeno.

- Tengo miedo de que te ahogues con agua si me voy - me cruce de brazos.

- Prometo no - negó con la cabeza.

- Bueeeeno te voy a creer mamahuevo - Crees la puerta, yendo a buscar ropa para mi - No te tardes.

Abrí su closet viendo una bolsa de ropa nueva.
Me senté sacándola, viendo camisetas y pantalones de mi talla.

Awww que tierno... y que extraño.

Me vestí rápidamente, viendo su cama, tan suave, tan deliciosa.

Mi espalda no aguantaba otro minuto más en el incómodo y frío sofá.
No creo que haga daño dormir un poquito en la cama.
Me acosté, enrollándome en las cobijas suavecitas, me sentía en el cielo de las cobijitas.

Sentía mis ojos pesar, creo que hoy dormiré aquí si no es que Iraq me carga y me lleva al sofá.

- Estás en mi cama - me susurro Iraq cuando ya había caído dormido.

Balbucee algo que ni yo sabia que había dicho.

Soltó un suspiro, acostándose a mi lado, sintiendo su brazo rodeándome.
Del susto me levante con los ojos bien abiertos topándome nariz con nariz.

- Eh... hola - lo salude viendo su brazo alrededor mío.

- Estás en mi cama - me repitió.

- Si quieres... me voy - sonreí nervioso.

- En la Guerra... dormía en el suelo, y ahora que duermo en una cama siento que me hundo - apretó su brazo contra el edredón.

Trague saliva pensando en las mil maneras que iba a salir violado de la situación.
¿Por que me pongo de pechito siempre?.

- Tan siquiera ... tienes cama - escupí como un estupido.

Sus ojos y manos se suavizaron, viendo la ropa que traía puesta.

- Te ves mejor así - se giró para acostarse en su lado de la cama.

- Ahora si te preocupa el traficante - bromeé.

- Hace tiempo que se que no lo eres... los traficantes vinieron buscándote y los mate cuando el avión aterrizó - me soltó como si fuera de lo más normal.

- ¿¡Y... Y POR QUE NO ME DECÍAS?! - pregunte atónito.

- Por que es chistoso que puedes salirte por la puerta cuando quieras pero no lo haces... no tiene seguro puesto - musitó tallándose los ojos.

- a - susurre - Bueno es que... ¿Iraq te puedo proponer una propuesta indecente?.

Me miro levantando una ceja.

- Yo... no tengo con quien pasar navidad... y no quiero pasarla solo - me abrace a mi mismo - Y quería preguntar... si me puedo quedar.

Se me quedó viendo por lo que parecía una eternidad, hasta que susurro

- Si... si puedes.

- AH genial gracias - me acurruque de nuevo sonriente.

- Pero te pondrás burka.

- EH?.

- Es broma - sonrió.

- Ah... que bueno - tartamudee nervioso.

El primero en quedarse dormido fue Él, que ya roncaba como morsa.

Me acerqué de a poquito, picándole la cara con mi dedo para ver qué tan muerto estaba. Cuando vi que ni a trompetazos despertaba, Puse mi cabeza en sus pecho.

No se por que lo hice, solo quise y lo hice. Me relajaba escuchar los latidos de su corazón. Era como old jazz.
Sentía su cabeza acurrucarse contra mi cabello mientras dormía, y no lo juzgo, esta suavecito.

Y nuevamente me quede dormido, abrazando a Iraq como su pendeja.

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