Interpol

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Llegamos a la calle donde estaría la casa de Estados Unidos, Australia estaba nervioso por todo, no paraba de hablar o hacer chistes tontos para romper el hielo, pero mi mente estaba concentrada en una cosa.

- ¿Sabias que los ajolotes regeneran sus extremidades? - Australia me contó - Como las estrellas de mar.

- Que interesante Aus - susurre.

- Si... perdón hablo demasiado cuando estoy al borde del colapso - se sobo las rodillas - ¿Tu crees que todo estará bien?.

- Si... recuerda el plan, iremos, hablaremos y encontraremos una solución - me puse el casco cuando el taxi paro enfrente de su casa.

Nos bajamos, entrando a la casa que estaba oscura completamente

- ¡Estados Unidos ya llegue! - Aus anunció, subiendo las escaleras.

Tome mi arma y la cargué sin hacer ruido.

- Aquí estoy - Estados Unidos hablo desde un cuartito.

Era la primera vez en mucho tiempo que escuchaba su voz, se escuchaba ronca y cansada, nada que ver con la que recordaba esa vez que me encadeno al bote y me tiro al agua.

Entramos a su laboratorio, viéndolo apoyado de una mesa con el cabello en la cara; todo se veía sucio y desordenado, como si una tormenta hubiera pasado.

- ¿Y Alemania? - Estados Unidos se giró, colocándose los lentes.

Estaba pálido, con los ojos ojerosos y los labios quebrados, parecía un fantasma, un muerto viviente mejor dicho.

- No vino, se quedó con Suecia y los nórdicos - Aus se acercó.

- Que mal... solo él faltaba - se tomo el pecho.

- ¿Estas bien? - lo tomo de los hombros - Te ves... terrible.

- Estoy Perfecto - asintió - Necesitó que llames a Alemania lo antes posible.

- ¿Por que? - Australia levantó una ceja.

Me acerqué a una cápsula llena de vapor por dentro, asomándome con dificultad por el casco que me impedía acercarme.

- Solo el falta para que los más fuertes estén protegidos - tartamudeo.

- Okay le mandaré un mensaje para que venga - tomo su celular.

El humo se despejó en una parte de la cúpula, viendo la cara de Rusia tendida en el suelo dormido.
Me aleje asustado, no me esperaba eso, pero si me lo veía venir de ese loco.

Australia se acercó tambien, viendo la mano de una mujer entre el humo

- ¿Que diablos? - susurro.

Tome el mango de mi arma, dándole un golpe a Australia y el pecho que lo tumbó, para luego girarme con Estados Unidos y darle con un dardo tranquilizante diluido en la pierna.

- ¡INTERPOL NO! - Australia me gritó.

Estados Unidos levantó la cara justamente cuando le metí un derechazo en la cara, tumbándolo al suelo, luego lo tome de la camiseta, levantando su cuerpo y acercándome a una ventana, abriéndola dispuesto a tirarlo cuatro metros abajo.

- NO NO NO- EE.UU. me tomo el brazo para que no soltara - No no... no.

- Interpol basta, esto no era parte del plan - Australia se hincó adolorido.

- No del nuestro... pero del mío si - me quite el casco mostrándole mi cara al hombre que me dejo a morir.

Sus ojos se abrieron en shock, dejando de batallar para que lo soltara con temor

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