Emmanuel

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- Jamas he estado en un avión privado - toque los asientos de piel fascinado.

- ¿No?, pensé que si por ser un detective - Colombia se tomo un martini.

- No me pagan lo suficiente para poder viajar...

- Que triste - se tomo el martini completo desinteresada.

Suspire viendo mi teléfono a unos mensajes de mi esposa que me mando antes de que me subiera al avión

"Te amo, cuando llegues me avisas ¿okay?, ten cuidado".

Hay esa mujer me trae loco loco.

- ¿Que estás viendo? - Colombia me hablo en mi hombro haciendo que salte del susto.

Tomo mi teléfono, viendo el mensaje confundida

- ¿Es tu esposa o tu amante?.

- Mi esposa - le quite el teléfono - No tengo amante.

- ¿Ah de verdad? - levantó una ceja.

- Si... de verdad - le repetí - No tengo interés en buscar a otra mujer, ella ya me da todo lo que busco.

- ¿Tienes fotos?.

Busque en mi galería una foto de ella más reciente con su pancita, mostrándosela.

- Awww que linda... ¿por que saldría con alguien como tú? - me miro de reojo.

- Por que... no se, por que quizo - me encogí de hombros - Espero mi hijo salga como ella y no como yo.

- A Corea le guste por mi inteligencia - se cruzó de brazos.

- ¿Se te olvida por lo que estamos yendo a su territorio? - la mire de reojo.

- Estoy segura que todo es un malentendido, él es distinto a los demás - me dijo con mucha confianza.

- Claro...

- Va a estar largo el vuelo así que te recomiendo que te duermas - Colombia se colocó un antifaz para dormir, acomodándose en el asiento.

Sin que ella me viera chequé su historial de vida de los últimos años, viendo una foto de cuando era joven y una actual.
El cambio era radical, pasó de ser una niña bonita común, a un sex symbol. No digo que este mal pero no me cuadraba.
Ya me sabía su historia por entrevistas e investigaciones, pero siento que había más por lo cual ella estaba desesperadamente queriendo saber que pasaba con su novio.

Mire arriba cansado, esta mujer me iba a quitar toda mi energía para cuando llegáramos a Corea.
Cerré los ojos, pensando en mi esposa e hijo.

-Colombia-

"ATRÁPENLA"
Escuché gritos de hombres que me perseguían en un monte alejado del pueblo en la madrugada,
"¡QUE NO SE ESCAPE!".

Solo tenía diecisiete años, los narcos habían tomado interés en mi por verme en la televisora como "la mujer más guapa de Colombia".
Sabía que el momento llegaría pero no así, no de esta forma.

Seguí escalando la montaña llena de árboles y arbustos hasta llegar a una carretera.
Sentía las piernas llenas de cortadas por las espinas de las plantas, mis pies me dolían por forzarme a escalar entre piedras y mi garganta estaba seca de los nervios.

- ¡AYUDENME! - le gritaba a los coches que pasaban sin detenerse - ¡POR FAVOR!.

Seguí corriendo, buscando a alguien que pudiera alejarme de esos hombres. Pero nadie se detenía, nadie siquiera bajaba la velocidad.

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