Representantes

Interpol

El frío del agua me hacía temblar, pero era tanto que hasta sentía calor.
Mire el cuerpo de Sofía que se hundía más y más, pero no podía alcanzarla.

Cerré los ojos, esperando que la oscuridad del océano me cubriera con un manto.

Y con eso sentí algo tibio en mi cara, unas manos que me envolvían las mejillas.

Mire al frente, mi vista ajustándose a la poca luz, en eso vi ese rostro malhumorado que extrañaba ver.
Pero no estaba enojado esta vez, sino preocupado.
Me tomo la flecha de la garganta, partiendo el palo de un lado y sacando el resto.

- Antártico - lo llame, pero solo burbujas salieron de mi boca.

Levantó los ojos viendo mi rostro, soltó un suspiro lleno de burbujas y me dio un beso en los labios que me tomo por sorpresa.

Cuando se aparto, podía respirar, con dificultad pero podía.

- Eres un testarudo - me regaño.

- Sabia que vendrías a salvarme - sonreí, burbujas escapando de mi nariz.

- Por poco y no lo hacía - me tomo de los brazos, nadando a la superficie - Debería de dejarte morir.

- Pero no podrías vivir con esa culpa - sentía mi garganta mejorar poco a poco.

Cuando salimos a la superficie, tome aire como nunca en mi vida, escupiendo agua como loco.
Nadamos hasta unas piedras lisas, acostándome en ellas.

- Gracias - le sonreí.

- ¿¡GRACIAS?! - me gritó - ¡NADA DE GRACIAS!.

Se sacudió el agua del cabello acercándose a mi,

- Te dije que esto pasaría - me gritó - Te lo dije pero no sabes escuchar mucho menos seguir órdenes, en lo único que piensas es en la venganza y en tu pasado.

- El pasado es todo lo que me define - tosí agua.

- ¡SI PERO ES MOMENTO DE DEJARLO DE UN LADO INTERPOL! - se hincó enfrente mío - PERDISTE ALGO PERO GANASTE ALGO MEJOR, TIENES UNA FAMILIA, UNA VIDA SALVANDO EL PLANETA, ME TIENES A MI.

Nos quedamos en silencio, yo temblando del frío y el del coraje.

- Nada es suficiente contigo - me gruño - Nunca lo será por esa vena maligna que tienes.

- Yo... yo no... - tartamudee - Yo solo quería recuperar lo que perdí.

- Solo estás perdiendo más - se levantó - Y te estás lastimando solo, ya estás muerto otra vez... ven a casa con nosotros.

Escuché unos murmullos detrás nuestro, viendo a Ártico, Atlántico, Pacífico e Índico rodeando a Sofía.

- ¡La Niña! - me levante corriendo a ellos.

Atlántico tenía las manos llenas de sangre, al igual que Pacifico que me miro con los ojos como platos.

- Intente salvarla - Atlántico me miro limpiándose las manos - Le perforó un pulmón.

- No... NO NO NO REVIVELA REVIVELA - le grite.

- No puedo... de verdad - Atlántico tartamudeo.

- HAS ALGO PARA REVIVIRLA - lo tome de los hombros - REVIVELA O TE MATARE A TI.

Pacifico le tocó la garganta, viendo sus ojos llorosos

- Ya.... Ya no... ya no hay nada que hacer - susurro- Ahora todo está en manos de Madre.

-Sofía-

Abrí los ojos lentamente, viendo un vacío oscuro y frío.