Estados Unidos

2.1K 345 511
                                    

Había llamado a México y Rusia para que vinieran, tenía el presentimiento de que algo malo iba a pasar y ya tenía a los más fuertes conmigo.

México entró primero, corriendo con su mamá a abrazarla, como buen hijo de mami. Mientras que Rusia entró y solo se detuvo a lado de su padre hombro con hombro como soldado solo dándose una sonrisa de lado un poco incómoda.

- Okay ¿que carajos pasó? - Méx me pregunto - Espero no haya sido tu culpa por que de verdad te dije que no me llamaras a resolver tus asuntos.

- No los llame para resolverlos solo los necesitaba cerca - respondí tomando un control de mi mesa.

Les conté sobre Imperio Romano, de mis hombres de negro y todos los líos en los que me metí.

- Wow que jodida vida - Méx se rascó el cuello - Vato tu solito te metes en estos líos.

- I know, pero mi único hombre y el más fuerte está siendo controlado mentalmente y no se los pasos de Imperio Romano - me jale el cabello - No se si Suecia esta bien, no se nada.

- Si tomamos en cuenta que Romano es un excelente estratega, tengo por sentado de que se hizo un plan muy elaborado - Rusia frunció el ceño - Solo no entiendo para que atacaría a Inglaterra si no lo quieres.

- Por que ahi había escondido los elixirs - Me queje - ¿por que tuve que crear esas cosas?.

- Por pendejo - Méx se encogió de hombros.

- Lo que Romano quiere es venganza, si quizo controlar a URSS es por que si lo tuviera bajo control te mataría fácil - Azteca hablo.

- Sin control mental te mataría sin dudarlo... solo por que Azteca está aquí no lo hago - URSS se cruzó de brazos.

- Wow me tranquiliza mucho tus palabras, gracias - le respondí sarcástico - Si es eso cierto, que Romano los está buscando para ponerlos en mi contra, no me conviene tenerlos libres.

- ¿De que hablas? - Rusia vociferó.

Tome dos pasos atrás, picándole al botón del control.
Una cúpula de cristal blindado cayó encima de ellos, atrapándolos dentro de ella.

Azteca sin pensarlo dos veces le pego al cristal, echándose hacia atrás mientras se sobaba los nudillos.

- Estados Unidos ¿que diablos? - Méx pregunto.

- Por eso les pedí que vinieran, tengo la sospecha de que los está buscando - les grite quitándome el sudor de la frente.

- Enloqueció - URSS giró los ojos harto.

ONU entró al cuarto sin decirme nada, tomando el control y prendiendo la tele en el canal de noticias.
Era la isla, con la casa de Méx y Rusia en llamas completamente y destruida sin manera de repararla.
Me giré viendo a los cuatro en la cúpula.
La cara de Rusia y México reflejaba terror, como si se acabaran de dar cuenta de que era su casa en la televisión, Azteca estaba en shock y URSS confundido.

- ¡SOFÍA! - México gritó golpeando el cristal.

Suspire cerrando los ojos, espero ella no haya estado ahí dentro cuando pasó la explosión.

- ¡ESTADOS UNIDOS DÉJAME SALIR! - Me gritó, aporreando mas el puño contra el cristal - ¡NECESITO VER QUE MI HIJA ESTA BIEN!.

Rusia se hecho hacia atrás, intentando tumbar el cristal con el hombro sin resultados.

- No... - susurre - Eso es lo que él quiere, que ustedes vayan y ahí los atrapará.

- ¡QUITA ESTE MALDITO VIDRIO CAPITALISTA! - URSS me gritó.

- Él quiere controlarlos - me giré viéndolos sintiendo sudor frío en el cuello - No puedo permitir eso.

- ¡Estados Unidos! - Azteca me llamo golpeando el vidrio sin esperanzas de romperlo.

- I'm sorry guys - susurre picando un botón en mi escritorio - No me odien por esto.

Adentro de la cúpula se roció un gas tranquilizante, que poco a poco empezó a llenar la cúpula. Méx se cubrió la nariz y boca para no inhalarlo mientras golpeaba con la mano libre el cristal. Azteca rasguñó el vidrio desesperada, mientras que URSS aceptaba la realidad, cayendo al suelo adormecido. Rusia abrazo a Méx, jalándolo hacia él para cubrirlo del gas, pero también cayó adormecido al igual que Azteca.

- ¡GRINGO! - Me gritó quitándose la mano de la boca - ¡GRINGO ÁBREME YA NECESITO VER A MI HIJA!.

- Ella esta bien - le susurre.

- Maldita sea gringo - me habló con la lengua atravesada, cayendo al suelo.

Suspire viéndolos a todos pacíficamente durmiendo, con el gas manteniéndolos en un estado zen. Me gustaría ser ellos ahora.

- Estados Unidos - ONU me llamo, colocando una mano en mi hombro.

- ¿Ya mandaste a CIA a buscar a Inglaterra?- lo mire.

- Si... junto con Noruega y las niñas.

- Entonces duérmeme - mis piernas me temblaron.

- No puedo hacer eso, tienes que estar consciente de lo que está pasando - me tomo de los hombros.

- Estoy cansado... quiero descansar en paz.

- Bien - susurro, colocando una mano en mi cabeza que me hizo sentir que flotaba sobre nubes.

Por fin... cinco minutos de paz antes de la tormenta.

Representantes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora