(AU) Rusia 5

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1980

- Dime una razón por la cual no matarte - apunte a un secretario americano.

- Por favor, no lo haga, le juro no tengo los códigos de acceso a estas computadoras - me tartamudeo temeroso.

- Mentiroso - gruñí - Entrégalo y lo dejare vivir.

- Se lo juro niña, no lo tengo - negó con la cabeza.

- Bien... entonces tendré que acceder a los documentos por mi cuenta - le di un cabezazo, haciéndolo caer al suelo inconsciente.

Me acerqué a la computadora, colocando cualquier contraseña posible.
Vamos alguna tenía que ser y no me podía ir de aquí sin obtenerla. Bufé pensando como un americano; quizás la contraseña sea "hamburguesas"... o "Dinero".... O "Playboy".

¿"Vaqueros" quizás?.

No lograba llegar a la contraseña, diablos esto tardaría más de lo que creía y la alarma ya había sido enviada a los agentes americanos, pronto estarían aquí.

No me quedo de otra que llevarme la pesada computadora, saliendo de la embajada con ella entre los brazos.

Camine por las calles de Moscú intentando no llamar la atención, aunque claro que era un poco inevitable voltear a ver a una rubia en medio de tanta gente morena con una computadora enorme.

Me detuve en seco, algo estaba mal, lo podía sentir.

Mire detrás mío, y di dos pasos atrás, deteniéndome ante unos disparos que dieron contra la pared.
Corrí lo más rápido que pude, no se que fue eso y no quería averiguarlo.

Del techo de una de las casas bajo un hombre de hombros anchos y mirada asesina.
Lo más destacable era el obvio parche símbolo nazi en su brazo.

El hombro intentó golpearme, atravesando la pared detrás mía.

Me agaché, alejándome de él, un nazi detrás mío no eran noticias agradables.

- ¿COMANDANTE ME ESCUCHA? - grite a mi radio - ¡HAY UN NAZI PERSIGUIÉNDOME!.

- ¡Tu sigue corriendo! - me gritaron desde el otro lado.

Wow que gran manera de ayudar.

Sentí algo jalándome del pie y arrastrándome.
Me giré, dándole una patada en la cara a lo que sea que estuviera molestando.
El nazi me tomo el tobillo, apretándolo y quebrándolo.

Solté un gruñido, rodeando mis piernas en su cuello y apretando con fuerza para asfixiarlo.
Me pego contra todas las paredes de todas las casas y contra el pavimento, pero estaba dispuesta a ganar tiempo de un mareo o dos.

Me quite en una de esas aventadas, cayendo de espaldas y dando una vuelta en ella, hincándome lejos de él.

Estaba mareado, Justo lo que quería.
Tome el disco duro de la computadora que ya estaba destruida por el ataque y la metí en mi bolsillo huyendo.

Tome mi arma de mi cintura ahora que tenía los brazos libres, cargando y apuntando a todos lados en busca del nazi.

Ya no estaba donde lo había dejado.

- Mierda - susurré.

Recibí un golpe en mi costado, sintiendo mis costillas quebrarse mientras caía y rodaba lejos.

Levante la cara suspirando por aire, viendo al nazi acercarse a mi con su arma.

- eins, zwei, drei, lass die jagd beginnen - vociferó apuntando hacia mi.

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