Noruega (9)

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Habíamos ubicado a FBI en un lugar cerca de Ucrania.
Estuvo en noticias internacionales que había un loco atacando a civiles para llegar a representantes. La última vez que se vio fue en Bielorrusia.
La nieve estaba fresca, no había viento y las nubes cubrían el sol. No era un buen clima para atrapar a alguien que es ágil.

- Debe de estar en ese granero abandonado - Fin apuntó al lugar con su arma.

- ¿Y si es una emboscada? - CIA se rascó la barbilla - Solo hay una manera de averiguarlo.

Se giró a Fin, señalándole que venga con ella

- ¿Y nosotros que hacemos? - pregunte.

- Isla y tu se quedarán afuera para cuidarnos - CIA nos ordeno, girándose de regreso con Fin - Vamos, recuerda, él es muy escurridizo.

- Yo lo soy igual - Fin entro rápidamente.

Ya había empezado a nevar nuevamente, la nieve cubriendo mis botas y mi abrigo mientras esperábamos a las chicas.
Escuchamos un crujido en la parte de arriba del granero; ambos volteamos viendo a Fin asomarse por la ventana

- Aquí no está - nos gritó.

- Ah grandioso - Suspire alegrado - No tendremos que pelear con él esta ves.

De la nada la puerta del granero se cerró de golpe, tres disparos se escucharon y una ventana quebrándose nos hizo saltar.

- ¿¡QUE PASÓ?! - Isla gritó.

- Estamos atascadas - CIA nos gritó del otro lado de la puerta.

- Espera ya voy - me acerqué lo más rápido que pude con la nieve deteniendo mi paso.

De la nada el granero explotó en llamas, las ventanas explotaron, los cristales cayendo como si fueran copos de nieve. El fuego salió de entre los orificios del granero apoderándose de la madera.

- ¡FINLANDIA! - Isla corrió tirando su arma de lado.

Se acercó a la puerta, pateando con todas sus fuerzas e intentando con las uñas romperla.

- APÁRTENSE - saque mi hacha de mi espalda.

Con una golpe en seco, logre hacer una abertura lo suficientemente grande para que ambas salieran.

Las dos cayeron al suelo, suspirando y tosiendo, con el cabello quemado y la piel llena de quemaduras y ceniza.

- HIJO DE PUTA - Fin tosió, cubriéndose el cabello con nieve.

- Es una de sus trampas - CIA miró atrás - Nos tendió una trampa.

- ¿Como sabía que estábamos aquí? - Pregunte mirando al granero que ya estaba por colapsar.

- Fin piso una de sus cuerdas, la puerta se cerró y la granada cayó - CIA se cubrió el afro rapado con nieve igual.

- ¿Okay que les parece si no volvemos a entrar a un granero nunca más? - Isla tartamudeo - ¿Ademas como sabía que estamos buscándolo?.

- No es idiota - se levantó de un salto - Seguro sabe que le estamos pisando los talones.

La radio de CIA se prendió, la voz de Estados Unidos saliendo desde el otro lado

- CIA, ¿me escuchas?.

- Fuerte y claro, ¿Que pasa?.

- Esta en Japón - nos gritó - El helicóptero ya está yendo por ustedes.

- Ay no - susurre - ¿Por que a Japón?.

- Ni idea, ¡pero vamos! - CIA nos gritó.

El helicóptero pasó por nosotros, llevándonos a Japón. Tardamos horas en llegar.
La adrenalina nos tenia al tanto, nos ofrecían café pedo nos negábamos a tener cafeína, estaríamos mas muertos que vivos con ella.

Pero para nuestra sorpresa, la ciudad se veía muy tranquila, como si no hubiera un asesino rondando por las calles.

Nos recibió Japón con una cálida sonrisa de bienvenida y a unas chicas echándonos porras.
Vestida con su kimono tradicional rojo y blanco que hacían un lindo matching con su piel de porcelana, rubor rosita y pupilentes que les daba brillos a sus ojos, para terminar el cabello recogido negro con accesorios de flores de loto la hacía ver como parte de la realeza.

- Me da gusto que vengan a visitarme - Japón nos sirvió matcha en tazas con forma de patitas de gatitos - Díganme, ¿que puedo hacer por ustedes?.

- Estás en peligro Japón, estamos aquí para salvarte - CIA le dijo en tono militar.

- ¿Salvarme?, ay que lindos - se tomo las mejillas - Saben siempre quise conocerte CIA, harías un buen personaje para mi manga.

- ¿Tu manga? - la miro confundida.

- Ah claro, perdona los americanos no suelen comprenderme - agito su mano sonriendo - Mi historieta, se trata de una princesa que se quiere casar con su guardia, pero para eso debe derrotar a príncipes y otros guardias.

Se levantó mostrando hojas con dibujos, que la verdad le aplaudo por que los hace muy lindos.

- Japón por favor tómese esto en serio su vida podría estar en riesgo por FBI - le devolvió las hojas.

- Yo veo todo muy bien - Isla tomo del matcha, que al principio hizo una cara de asco y luego siguió tomando con toda la tranquilidad Del mundo.

- Mi territorio es muy seguro gracias a mi - Japón saco la lengua con una sonrisa mientras tomaba su matcha.

- Como sea Japón, tendré que vigilarla por si algo pasa, FBI se ha vuelto loco y si mata a un representante, los demás no le darán vida - CIA aporreó las manos en la mesa.

- Entendí la primera vez - se levantó de su cojín - ¿Vamos a dar un paseo que les parece?.

Se cambió de atuendo a uno más informal, con unos pants y una hoodie azul pastel que hacían juego y una gorra de su Black pink.
Y digo nos veíamos muy extraños siguiéndola con nuestros trajes negros.

- Me encanta sus estilos, son muy Techwear aesthetic - Japón saltó - Parecen mis guardaespaldas.

- Eso es lo que estamos haciendo... cubriéndote la espalda - CIA susurro.

- No tiene sentido, ¿Por que FBI querría atacarme a mi?, yo no le hecho nada malo - se detuvo para saludar a unos ciudadanos y firmarles unas cosas.

- Tampoco sabemos pero Estados Unidos nos dijo.

- ¿Y al Americano por que le importaría si estoy bien o no? - se nos giró enojada.

- Eh.... Bueno.

- Él y yo no somos amigos... lo entendería más de México - se tomo las mejillas sonriendo - Es taaaan lindo.

- ¿Eh que? - Fin levantó una ceja.

- Digo es mi amigo y lo quiero mucho - agito las manos nerviosa - Pero él si me ha ayudado mucho y nuestra amistad es muy única.

- No sabía que te llevabas con él - susurre.

- ¿Bromes? - se cubrió la sonrisa burlona - México Senpai y yo éramos muy unidos... hasta que Rusia llegó...

Ah claro, ya entiendo que está pasando.

- Pero Bueno ¿que puedo decir? - se encogió de hombros - A veces así pasa.

Escuchamos unos disparos a lo lejos, automáticamente nos agachamos, cubriendo a Japón con nuestras espaldas que estaban cubiertas de material antibalas.

- ¡TE DIJE QUE ESTABA AQUÍ! - CIA le gritó a Japón.

Levantamos la cabeza viéndolo apuntando a civiles, pero no disparando, como si estuviera buscando entre la multitud.

La alarma se activó, advirtiéndole a todos sobre lo que estaba pasando.
Ahora si, nos toca a nosotros pelear contra él.

Representantes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora