Venezuela

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(Segunda parte del otro capítulo)

Terminó la cena a la una, pero ya ya estaba acostado con mi pijama, observando la ventana para calmarme.

Escuché la puerta abrirse y cerrarse, Iraq se acercó poco a poco a la cama.

- ¿Oye... sigues despierto? - se sentó a lado mío.

Asentí, sinceramente no quería hablar.

- Perdón... si sabía que mi familia era así pero no creo que Syria fuera a hablarles tan mal de ti... - suspiro.

- ¿Les... les hablo mal de mi? - senti lágrimas llenar mis ojos - Pero si yo he sido Bueno con él... ¿cual es su problema conmigo?.

- Le encanta agarrar a una persona para burlarse... no es personal.

- Me dijo Twink...

- Ya regañe a Irán también - me tomo el hombro.

- Seguro no di una buena impresión por mi suéter... debí de hacerte caso y quitármelo - me cubrí la cara con la cobija.

- No no, tu suéter esta genial... ellos no entienden de moda - intentó reconfortarme.

Suspire, sacando la cabeza para ver a Iraq viéndome
tiernamente

- Te veías muy bien - susurro.

- Gracias... tu igual - sonreí.

- Te aviso... que Líbano y Saudí se quedarán con nosotros hasta navidad.

- Esta bien, ellos me cayeron bien.

- E Irán.

- Carajo - gruñí.

- pero prometió comportarse.

Se levantó, cambiándose a algo más cómodo, unos pants y una camisa ancha.
Se tendió a mi lado, tomando mi cintura y acercándola a mi.

- No creo que sea buena idea que estemos así - tartamudee.

- ¿Por que no? - susurro poniendo su nariz en mi frente.

- Si entran tus hermanos y nos ven quizás estallen y nos apedreen - mire su mano recorrer mi pecho.

- No eso no pasará - puso una mano en mi cuello.

Ay Dios anda hot.

- ¿Estás bien? - tartamudee.

- Si... estoy bien.

Me beso la frente mil veces, rodeándome los hombros con sus brazos y atrapándome en este monstruo infernal de besos.

- IRAQ - me giro, poniéndose encima mío.

- Shhh no grites o los despertarás - me dio besos en la mejilla.

- ¿Que te pasa? - quería prender la luz pero no encontraba el interruptor.

- Te estuve observando durante toda la cena, con tu cabellito dorado rizado y tu sonrisa, no puedo contenerme un minuto más - quizo besarme los labios.

- NO - puse mi mano, atrapando su beso.

Se quedó petrificado, viéndome confundido

- ¿Qué pasó?, ¿hice algo malo? - miro mi mano.

Sentía mi cara ardiendo de los nervios, casi me desmayo de la impresión

- Es mi primer beso - susurre.

- ¿EH? - levantó la cabeza - Imposible.

- Si... es posible... por eso no quiero que mi primer beso sea... por andar calientes... quiero que sea con sentimiento - mire mis manos temblorosas en su pecho.

- Entonces... ¿no quieres que te bese?.

- Quizás... en un momento más romántico... por favor - sentí nervios de solo decirlo en voz alta.

Se quedó callado, observándome en la oscuridad, hasta que soltó un suspiro y me llenó de besos en el cuello

- Voy a respetar eso... pero no lo demás - me tumbo de nuevo.

- Nada de labios, Iraq, lo digo en serio - le advertí.

- Bien, acepto.

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