URSS (3)

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- ¿COMO QUE SE VAN HASTA MAÑANA? - les grite a mis tres hijos mientras salían del castillo - ¿QUE HARÉ CON LOS NIÑOS?.

- Cuidarlos - Kaza me respondió.

- No es tan difícil, se portan bien te lo prometo - Biel me abrazó para despedirse.

- Quizás con ustedes - respondí de regreso con mala cara.

- La comida esta fácil de servir, solo métela al microondas y ya - me dio un beso en la mejilla - Adios papá, te veremos después.

- Hasta luego - me despedí, cerrando la puerta detrás mío.

Mire hacia el segundo piso, viendo ojitos asomándose por los huecos del barandal.

- Okay chicos - aplaudí - Es momento de hacer ejercicio.

Quizás así se cansen y no me molestaran tanto.

Los niños se escondieron, riéndose y empujándose entre ellos.
Ahhh, niños, ellos creen que uno está bromeando cuando les ordena algo. Subí las escaleras lentamente, solo para darles tiempo para esconderse bien de mi.

- El lobo feroz ya llegó - les grite - Listos o no aquí voy.

Di un paso al frente y sentí como me resbalaba, cayendo hacia atrás contra el piso.
Levante la cara viendo a los chicos con sogas y sonrisas maquiavélicas.
¿Que tipo de niños estamos cuidando exactamente?.

Para no hacerles el cuento largo, me amarraron a una silla como si fuera un interrogatorio. Si sabían como hacer un buen nudo, no podía moverme.

- Entonces Papá Oso - el chico más grande, que tenía como catorce años se acercó a mi amenazante - ¿Donde están las galletas con Chispitas de chocolate?.

- ¿Perdona? - pregunte incrédulo.

- NO ESQUIVES LA PREGUNTA - me gritó - DIME DONDE ESTÁN LAS GALLETITAS.

- NO SE - grite de regreso.

- ¡ENTONCES EMPIEZA A PENSAR!.

- Vlad, encontramos las galletitas - una niña de rizos de oro le hablo - Estaban arriba del refri.

- Lo sabía... pero me decían que estaba loco- susurro - Tómenlas y vámonos de aquí, desháganse del cuerpo antes de que Biel regrese.

- Pero Vlad, Está muy alto, nosotros no alcanzamos.

- ¿Y las escaleras? - se giró a ella - ¿Por que no nos ayuda Kris si es el más alto?.

- Solo tiene tres escalones, no alcanzamos y Kris es diabético, no le interesa ayudarnos - La Niña me miró - Quizás él pueda ayudarnos.

Vlad suspiro exasperado, mirándome de pies a cabeza para luego girar los ojos

- Desátenlo y que nos baje las galletitas - salió del cuarto.

¿Que diablos acaba de pasar?.

Les baje su Preciado cargo y comieron hasta saciarse o mejor dicho empalagarse.

- ¡URSS LA BEBE NO PARA DE LLORAR! - Uno de los niños gritó - ¿LA TIRO POR LA VENTANA?.

- No, yo me encargo - tome aire antes de gritar - ¡CHICOS BAJEN YA ESTA LA COMIDA!.

Todos los chiquillos bajaron corriendo, yendo a la cocina como una estampida.
En cuanto el ultimo Niño salto el ultimo escalón, yo subí a ver que es lo que la bebe necesitaba.

La levante de la cuna donde chillaba.
Pensé en que quizás era su pañal, pero no olía, así que seguro tenía hambre. Los bebés son lindos cuando no lloran, pero por alguna extraña razón el llanto no me importaba.

Representantes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora