Suecia

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Todo este tiempo, pensábamos que los representantes del océano eran solo un mito, un cuento que nos contaban para asustarnos de pequeños.
Y ahora, tenía a uno enfrente, manejando una pick up mientras fumaba un cigarro.

- Antártico no estará feliz - Atlántico le hablo a Interpol.

- Yo me encargaré de eso - Interpol tomo un cigarro, inhalándolo lentamente.

Estaba entre sus brazos, sentada en sus piernas mirando arriba a su barbilla. Se veía distinto, más sano, más fuerte. No recuerdo mucho por que estaba muy pequeña cuando lo vi por primera vez.

- Creciste mucho - Interpol miro abajo - Casi no te reconozco.

- ¿Te... acuerdas de mi? - tartamudee.

- Por supuesto que si... igual de tu hermana Dinamarca - exhalo el cigarro - ¿Como está ella?, perdí contacto hace años.

- Me suena ese nombre - Atlántico levantó la cejas.

Interpol se volteó, hablando un idioma que no lograba reconocer, seguro era una lengua antigua que no me enseñaron.
Atlantico se giró a Interpol, sonriendo pícaro

- Uy uy uy - se mordió el labio - Ya puedo imaginarlo.

- Silencio - Interpol miró abajo - Discúlpalo, no tiene filtros.

Asentí viendo a sus brazos.
Tenía cortadas cicatrizadas en los brazos, me imagino que de su tiempo trabajando para Estados Unidos. FBI tenía las mismas marcas.

- FBI me tiro al agua - susurre.

- ¿Como dices? - Interpol miro abajo - Repite eso.

- Digo... Imperio Romano me amarro a la silla y FBI me tiro al agua - repetí tartamudeando del frío.

Atlántico soltó una carcajada

- El frío ya le afectó, Imperio Romano murió hace siglos - Tiro el cigarro fuera del auto - No hay manera.

- No no... es que es una larga historia - suspire.

- FBI no haría eso - Interpol me miro juzgándome.

- Pero lo hizo.

Estacionó la camioneta en la costa, donde habían 5 lanchas en el mar, más arriba había una casa, seguramente ahí vivían.

Nos bajamos, lentamente caminando hacia la casa.
Se veía muy pacifico todo, casi como si fuera la casa en un sueño que olvidarías fácilmente por que era muy simple.
Blanca con el techo azul, dos pisos, ventanas pequeñas.

- Ya llegamos - Atlántico anunció su llegada, quitándose las botas en la entrada.

- ¡Que bueno! - una voz femenina gritó - Ya tenía lista la comida.

- ¿Camarones? - Atlántico salto, yendo a lo que supuse era la cocina.

Camine lentamente siguiéndolo. La cocina era rústica pero linda, con luces cálidas y suficiente luz natural por las ventanas.

A lado de Atlántico había una mujer de piel caramelo tostado, cabello largo lacio negro y ojos rasgados, tenía aspecto asiático, fácilmente diría que es filipina.

Se giró, viéndome abriendo los ojos de par en par

- ¿Interpol quien es ella? - me apuntó con la espátula.

- Tranquila Índico - Él puso su mano en mi hombro - Ella es una representante Terrestre, Suecia.

- ¡Ja! Ya quiero ver la cara de Antártico - otra voz femenina salió de atrás de él, pasando por su lado y yendo a donde estaba la comida.

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