Australia {4}

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Del motel a la ciudad todavía faltaban tres horas. No era un tramo tan largo pero el silencio era abrumador.

Desde que Alemania se despertó, no me dirigió la palabra, supuse estaba apenado por lo que había pasado la noche anterior.
A mi no me importaba, pero aún así sentía extraño, solo podía pensar en lo que hubiera pasado esa noche si me hubiera quedado.

-Quería disculparme por lo de anoche - Ale rompió el silencio - Fue inapropiado, has de creer que soy un pervertido.

Digo quizás si, pero no tanto como otros representantes que conozco. Los países árabes son un poco más vulgares y pervertidos, México igual, pero ese hombre es otra cosa.

-No te preocupes, no pasó a más así que no estoy... asustado.

-Debi de ser más responsable, no puedo dejar que mis emociones se apoderen de mi otra vez - suspiro dejando ir sus hombros ya que estaban demasiado tensos - Si me ves con una botella mas, rómpela.

-Te lo prometo - asentí.

-Todavía tenemos que pasar por un pueblo, se me está haciendo eterno este viaje.

-Si no hubiéramos saltado del tren... - me quede callado pensando que no sería buena idea quejarme de algo que en parte fue mi culpa.

-Si... hubiéramos llegado más rápido - se giró a ver el paisaje - Pero los paisajes son muy lindos.

-La verdad si es muy bello, extraño mi territorio, el desierto es mi especialidad.

-Me gustaría decir lo mismo - Ale susurro.

-¿No te gusta tu territorio? - me acerqué curioso.

-No es que no me guste.... Solo que después de la guerra no puedo ver mi territorio de la misma forma, ya se que ya pasó mucho tiempo pero... - cerró los ojos unos segundos - Es demasiado.

-Estados Unidos puede ayudarte a superar eso, siempre supera las cosas rápido y parece no afectarle.

-Hablando de tu... hermano - se giró a verme - ¿Cual es su problema?.

-¿Problema? - pensé un minuto.

-Si... digo, antes se llevaban bien, hasta cierto punto - levantó una ceja - ¿Que pasó con eso?.

-Jaja... bueno, nunca hemos hablado sobre nuestros conflictos, mi teoría es que antes me quería por ser niña, y cuando tuve mi transición se sintió amenazado o celoso por que recibí mas atención - me toque el cabello nervioso - Siempre fue muy independiente y un poco grosero con Inglaterra, cuando era chiquita se controlaba mas pero cuando fui creciendo dejo de aparentar quererlo.

-Debió de ser difícil como familia tener que tratar con eso.

-Inglaterra hizo lo que pudo para crear un ambiente "familiar" así como Francia lo logró con Canadá, pero pues... todo fue un intento fallido, y digo yo también estaría enojado con Inglaterra si hubiera matado a mi madre - mire al frente.

-¿Madre? - me miro confundido - ¿De que hablas?.

-La mamá de Estados Unidos, bueno, su media madre o algo así, era una apache que habitaba la zona en ese momento, algo así como Imperio Azteca.

-Yo...no sabía eso.

-Nadie lo sabe, Estados Unidos se encargó de ocultar su pasado.

Miramos de regreso a la carretera, viendo a tres hombres en medio de ella con las manos al frente en señal de "deténganse".

Alemania piso el freno frenéticamente, casi haciendo volar a los koalas que estaban en mis brazos.

Eran hombres de negro en medio de la calle, uno de acercó a la ventana de Ale lentamente.

-¿Men in Black? - Ale levantó una ceja - Hace años no los veía.

-Que agradable sorpresa - me acerqué a la ventana emocionado - Han de querer decirnos algo importante.

El hombre se acercó a la ventana, dándole tres toques a esta.
La bajo lentamente, detrás de los lentes podía ver sus ojos encima de Ale con desinterés.

-Alemania, tiene que venir con nosotros por favor - el hombre hablo acomodándose su traje - Es de suma importancia.

-¿Que esta pasando? - Ale levantó la ceja.

-Estamos teniendo atentados terroristas, su departamento fue bombardeado y su computadora fue tomada - el hombre se acomodó los lentes.

Me decidí a abrir la puerta para irme, pero la mano de Ale me jalo de regreso a mi lugar. Lo mire para reclamarle, pero su cara me decía otra cosa.

Miraba al hombre dudoso, analizándolo de pies a cabeza más tiempo de lo que sería cómodo.

-Muéstrame tu manga - Ale le ordeno.

-¿Perdona? - el hombre pregunto ofendido.

-Muéstrame. Tu. Manga - le ordeno de nuevo un poco más agresivo.

-¿Estás retando a una autoridad? - Se puso de pecho - ¿Sabe usted quienes somos?.

-Unos impostores - Ale le piso al acelerador, volándose a los hombres y pasando de largo.

-¿ALE QUE HACES? - mire atrás a los hombres parados en medio de la calle.

-No son hombres de negro - le piso más al acelerador.

-¿Como sabes? - lo mire asustado.

-No me mostró su manga y ellos no saben que tengo una computadora que no debería de tener.

Dios, que intenso.
¿Una computadora que no debería de entender?, eso es un poco más sospechoso que unos hombres de negro.

-¿Que hay en esa computadora? - pregunte.

-Otro día te cuento - me respondió entrando a la ciudad.

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