Australia/Esparta

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Entre rápidamente al palacio de Romano, buscando a Alemania por todos los cuartos.

Hasta el fondo de los pasillos vi uno en el que salía humo negro, seguro ahí estaba.
Di un paso adentro viendo gente muerta, y en medio a Ale tumbado en el suelo con el cuerpo quemado.

- ¡Ale! - tosí abanicando el humo que me  mareaba.

Lo tome del brazo, jalándolo al pasillo donde había mucho aire fresco.

- Oh lord - mire la mitad de su rostro quemado - Tranquiló por aquí tengo unas hojitas que te ayudarán con el dolor.

- Aus... viniste por mi - susurro abriendo un poco los ojos,

- Claro que vendría compañero - le puse un poco de aloe en las heridas.

- Aus... Aus... basta - me detuvo la mano - Necesitó que me contestes mi pregunta.

- ¿Cual?.

- ¿Saldrías conmigo... románticamente? - murmullo.

No sabía que contestarle

- No es un buen momento Ale - susurre - Si no te pongo Aloe eso sanara feo.

- Necesito que me digas - insistió.

- Stop - dije en el tono más serio posible - Stop this.

Se detuvo viéndome confundido.

- No hagas esto... no ahora - le unte aloe en el cuello.

- ¿Por que?.

- No es Justo... - murmullé - Me siento acorralado.

- No te estoy... no quería... - suspiré cerrando los ojos - Yo solo quiero un amor como el tuyo.

Le envolví las manos con aloe y vendas para que mejorara.

- Me quiero dedicar al cien a mis animales, no es personal, es solo que siento que podrías distraerme... por que me distraes... - suspiré cansado - Mi mundo son mis animales.

- Prometo no hacerlo, prometo dedicarme a los animales contigo y ayudarte - se sentó rápidamente quejándose un poco del dolor - No hay nadie más que me quiera de verdad... yo se que sentiste esa conexión en el trip.

- ¿Y... y qué pasa con el chico rubio? - fruncí el ceño - El México chiquito...

- ¿Él? - miro al suelo - Él no se... es bonito... si... pero...

- ¿Que te preocupa?.

- Siento que... siento que quizás me ve como otra cosa y se está confundiendo - levantó la mirada - Ademas tú eres muy interesante.

- Ale... - susurre.

- Lo siento - miro de regreso el suelo.

- Aunque eres muy guapo... creo que me tienes en un pedestal... y además mi vida es un desastre ahora... yo sólo quiero que mi hermano me quiera y tener a mi pequeña familia de nuevo - me abrace las piernas.

Me miro con ojos tristes, acercándose a mi mano y dándole un beso en los nudillos.

- Okay... te entiendo - se levantó.

- ¿No estas enojado? - me levante ayudándolo,

- Estoy... triste... eso es todo - murmullo.

- Ánimo... encontrarás a alguien que te quiera - le di una palmadita en el brazo.

- Seguro - susurro desmotivado.

Escuché los pasos de los zapatos con tacón de Noruega acercarse desde una ventana.

- ¡SOFÍA ESTÁ MUERTA! - Noruega nos gritó - ¡Interpol igual!.

Los vi en shock ante la noticia, compartiendo miradas con Alemania, que se cubrió la frente ante la
noticia.

- Esparta -

Me acerqué al precipicio, viendo hacia abajo.

- Sofía - susurre con el corazón destrozado.

FBI se acercó igual, creo que ambos esperábamos que saliera a flote y nos saludara. Pero se había hundido junto con Interpol.

- Vamos chicos - Romano nos llamo - Regresemos a casa.

- No voy a regresar a casa sin ella - murmullé.

- Te haré otra hermana - me sonrió.

- Yo no quiero otra hermana - sentía mis ojos brillar - Ya van dos que pierdo, yo la quiero a ella y la mataste.

- La tercera es la vencida - bromeó - Vamos, nos espera un gran festín en casa.

Mire a FBI, que me devolvió la mirada enojado.
Ambos teníamos lo mismo en mente, y la manera en la que arrugó la nariz enojado la confirmo.

Nos giramos, siguiéndolo hasta el palacio.

Saque mi espada y él su pistola, acercándonos más hacia él.

- Siento la traición respirándome en el cuello - Romano cantó.

- Bien... esta vez no morirás sin saberlo - me abalancé a él con la espada para darle en la cabeza.

Me detuvo el brazo, pateando la pistola de FBI lejos de sus manos.

- Te matare por desobediente y te reviviré hasta que seas un hijo ejemplar - Gruño.

- Es lo mismo que vivir en el infierno - le di un cabezazo, quitando mi mano de sus garras y apuntando  a su cabeza.

- Yo conocí a la muerte - me pateo la espada lejos de mis manos - Es muy coqueta.

- ¡ENTONCES SALÚDALA POR MI! - escuché a Naomi salir por detrás, clavándole una navaja en la garganta.

Se quitó, intentando respirar sin poder lograrlo.

FBI se levantó, tomándolo de los hombros y con un golpe final, le dio un cabezazo tan fuerte que se escuchó el crujido de su hueso. Lo tiro al suelo como bolsa de basura, dándole un balazo final, terminando con su vida.

- Hijo de perra - gruñó.

- ¿Y Sofía? - Naomi levantó la cara.

Ambos la miramos con muecas tristes.

- No... no me digas eso - Naomi se negó.

- Le dieron con una flecha en un área sensible... sería un milagro de las estrellas si sobrevive - susurre triste.

- Interpol - FBI tartamudeo - ¡INTERPOL MALDITA SEA!.

Se cubrió la cara, quitándose las lagrimas

- ¡FBI! - Noruega corrió hacia él, abrazándolo.

- Lo volví a perder - sollozó.

CIA regreso cubierta de sangre, sudando de pies a cabeza

- Los hombres de negro falsos están muertes - anunció mientras veía el cuerpo de Romano tirado - Jaja, te pasa por ser una zorra.

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