Representantes

Suecia {2}

Imagínate despertar con un hombre que conociste una vez. Lo arruine todo, completamente.

Alemania seguro estaba furioso conmigo y no podía parar de llorar encerrada en el baño.

- Suecia abre la puerta y hablemos - Romano toco la puerta levemente.

- NO - grite ahogada en llanto - LO ARRUINE TODO.

- Vamos... no llores Suecia.

Abrí la puerta rápidamente metiéndole un golpe en la cabeza con la botella de shampoo que estaba a lado.

- IDIOTA - le grite.

- Eh ¿pero que te pasa? - detuvo los golpes con su brazo.

- IMBECIL - lo ignoré.

- Okay suficiente suficiente - me tomo las manos - Venga niña, tranquila.

- No no, te tienes que ir ya - tome sus cosas aventando todo al pasillo - Si Alemania regresa te romperá la cara.

- Gracias por preocuparte por mi rostro - me sonrió.

- Me preocupo más por Ale - apunte afuera - Largo.

- ¿No me vas a dejar bañarme?.

- Ugh... bien - fui a la televisión a prenderla, cayendo en el canal de noticias - Solo hazlo rápido.

- Ni te acordarás que estuve aquí - abrió la regadera.

Fui al refrigerador, sacando leche para el cereal, tenía dolor de cabeza por la noche anterior.
Todo fue muy rápido, me dejé llevar por mis emociones, no estuvo bien, pero no me la pase mal.

Desde la ventana escuché un sonido que me alteró, no por que fuera un sonido ruidoso, sino por que generaba cosquilleo.

Un silbido, muy grave.

Se escuchó por toda la cuadra, era ensordecedor y muy molesto.
Cerré la ventana para no escucharlo mas, tomando el plato del cereal y yendo a la sala.

Romano salió con ropa nueva, el cabello mojado y una toalla en las manos.
Ahora que lo veía bien, no era feo, tenía su carisma.

- ¿Oye no es el departamento? - me saco de mis pensamientos apuntando a la tele.

La mire viendo que efectivamente estaba el departamento "en vivo". Mire el encabezado de la noticia asentando el plato

"Helicóptero pasa por departamentos".

Mire por la ventana, viendo una luz roja atravesando de la ventana a mi pecho.

"¡CUIDADO!" fue lo ultimo que dijo antes de que todo se tornara blanco.

Abrí los ojos, tosiendo y sintiendo que me ardía el cuerpo.

Todo estaba en fuego, completamente destruido, la pared, los sillones se derretían, los focos habían explotado, la televisión se había caído encima de la mesa de cristal, todo estaba de cabeza. Mire a mi lado a Romano levantándose, al igual que yo estaba cubierto de cenizas y partes del techo que habían caído encima nuestro.

Me levanté, quitándole el pedazo de techo encima de su pierna.

- ¿¡QUE DIABLOS?! - grite despavorida, no podía escuchar nada, me zumbaban los oídos.

"Nos lanzaron una bomba" alcance a escuchar, "tenemos que irnos ya".

Mire por todos lados, tenía que encontrar la compu de Alemania, era muy importante.
Me tire al suelo, buscándola entre los escombros, hasta que por fin la vi y la tomé.

Romano me tomo de los hombros, corriendo hacia el pasillo que al igual que el edificio, estaba destruido y listo para colapsar.

- ¡POR LAS ESCALERAS DE BOMBEROS! - me gritó.

Mire de regreso, viendo cinco hombres en trajes negros con corbata y lentes negros subiendo del otro lado. Me parecían familiares pero no sabía de donde.

En cuanto me vieron del otro lado, sin mostrar ninguna emoción, corrieron hacia mi.

- ¡SALTA! - me tomo de la cintura Romano, tirándome a las escaleras del otro edificio, siguiéndome.

Los hombres se quedaron del otro lado viéndonos enojados.

- ¿Que esta pasando? - mire al edificio destruido.

- No se, no se - Romano se tocó el pecho mientras bajaba la escalera - Pero tenemos que irnos, no estamos seguros aquí.

En cuanto llegamos a tierra, el edificio terminó de explotar, haciendo que todos se agacharon cubriéndose la cabeza.
Lo que sea o quién sea que estuviera ahí, estaba muerto.

Me cubrí la boca asustada, si no fuera por mis poderes sobrenaturales, estaría muerta.
Romano tampoco podía creerlo, se veía aterrorizado.

Mire a la entrada del edificio, viendo a los hombres en negro salir Justo a tiempo, ya que esté colapso.

- ¿Quien haría algo así? - Romano miró al edificio colapsado,

- Esos hombres - fue lo único que pude pensar en ese momento.

Era muy sospechoso que ellos hubieran salido ilesos, ademas parecía que venían por mi.

- Vámonos - me tomo de la mano - Si estás en la razón, no deberían verte.

Me tomo de la mano, jalándome lejos de los escombros, lejos de todo aquello.