FBI {2}

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La feria era bastante linda, no había basura tirada, todo se veía limpio comparado con las ferias en Estados Unidos.

- AH QUIERO SUBIRME A LA MONTAÑA RUSA - Fin de giro a Noru.

- Ve, te esperamos aquí abajo - Noruega la alentó, empujándola a la fila.

Ay Noru, que guapo te ves con esos pantalones formales y camiseta de botones, parece un principito.

- ¿Hay algo en específico que quieras hacer aquí? - Noruega me pregunto mientras me atontaba con su imagen.

- No... no yo solo vine a hacerte compañía - quise colocar mi brazo alrededor de él pero se quito sin darse cuenta, yendo a las maquinitas expendedoras.

- Oh que lindo - apunto a una máquina que daba anillos de resina - Ese verde es muy bello.

MI OPORTUNIDAD DE DEMOSTRARLE QUE PODÍA DARLE LO QUE QUISIERA.

- ¿Lo quieres? - Me acerqué,

- Si pero éticamente - me miro levantando una ceja - No quiero que destruyas esto para conseguirlo.

Maldita sea, dedujo todo mi plan, ¿tan predecible soy?.

- Pero tardaríamos en sacar el anillo que quieres, además es aleatorio, podía tocarnos uno que no quieres.

Noruega metió una moneda, girando la manija para que cayera una bolita de plástico.

El anillo que le tocó fue azul, no era verde pero pues estaba cerca.

- El azul no me favorece pero creo que le daría una oportunidad al anillo - se lo puso.

NO, ÉL TENDRÍA SU ANILLO VERDE.

Me acerqué a la máquina, dándole un golpe en la tapa y quebrandola por un lado.

- ¡FBI TE DIJE QUE NO HICIERAS ESO! - me dijo a regañadientes.

Saque todos los anillos verdes que habían, hasta los que no eran de resina, sacándolos de las bolitas y colocándoselos en sus deditos.

Lo mire, solo para asegurarme de que no estuviera muy enojado por desobedecerlo.

Pero al contrario, tenía una pequeña sonrisa, como si se quisiera reír.

- Eres un ocioso - miro sus dedos cubiertos de anillos.

- Si el princeso quiere anillos verdes, los tendrá - repetí.

- WOW ESTUVO INCREÍBLE - Fin llegó corriendo extasiada - FBI TIENES QUE GANARME EL CERDITO GIGANTE.

Me jalo de la mano hasta un puesto donde para ganarte al dichoso cerdo tenias que dispararle a unos  patitos de hule en movimiento.

- ¿Si puedes con eso FBI? - Noruega se cruzó de brazos viendo los patitos.

- Me ofende la pregunta - le pague al señor, tomando el arma y cargándola - Esta muy fácil.

Cada que tomo un arma, algo en mi se llena de adrenalina.
Es un sentimiento peligroso, mis impulsos salen a la luz y a veces llego a dañar a las personas, pero ahora que estoy retirado, siento que ya puedo controlarme un poco mejor.

Apunte, disparando patito por patito hasta tumbar una fila entera, en tiempo récord de cinco segundos.

Con eso, la joven princesa Fin obtuvo su muy deseado cerdo gigante.

- Tienes una excelente puntería - Noruega me felicitó.

- Bueno, después de andar en uno de esos campos militares, es difícil no fallar - mire a Fin teniendo dificultad para sostener el cerdo.

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