Fin del camino

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Por fin sabe la verdad. Kingpin fue quien intentó matarlo e hirió a su tía May.

Ese pistolero ya está muerto.

Uno menos…

…Ahora es su turno.

Kingpin: ¿Me puedo morir?— como anteriormente, estaba leyendo un libro sobre una mesa—. Señor Parker, déjeme explicarle algo. No puedo hacer eso. Hay muchos que desean eso y muchos que harían cualquier cosa por verme así. Pero no puedo morir, eso sería…una violación a las leyes de la naturaleza, señor Parker.

Peter: En las últimas 48 horas, he roto prácticamente cada ley que existe, señor Fisk.

Ahora nos ubicaremos exactamente en la salida del hospital donde May Parker se encontraban.

Peter: ¿Qué es una más?— corta la llamada y después agarra al hombre que tenía enfrente suyo, del cuello—. Voy a llevarme esto, y tú vas a decirme todo lo que sepas de este hombre.

De un tirón le quita la telaraña. Pero no lo hace con cuidado.

¿?: Mire, por favor, no se nada sobre él, se lo juro…

Peter: No me mienta. Puedo escuchar latir su corazón. Va más rápido cada vez que mientes. Miénteme de nuevo y te lo sacaré para mostrártelo.

¿?: ¡Bien, bien! Mire, todo lo que se es que el Kingpin quería a esa persona porque el sabía algo que nadie más conocía. Eso es…eso es todo, ¡Lo juro!

El terror en sus ojos le indica que está diciendo la verdad.

Peter se dijo que mataría a cada uno de los relacionados directamente con los disparos, y él no lo está. Kingpin lo usa como usa a cualquier otro.

Pero todavía tiene que mandar un mensaje.

En eso escucha los pasos de Teresa aproximándose hacia ellos. Él no quería que ese tipo supiera que su hermana o que tía May están en el hospital.

Teresa: ¿Peter? ¿Dónde es…?— no mira a nadie en el estacionamiento del hospital—. ¿Peter?

La sombra de Peter y el sujeto, pasaban por la gran ciudad.

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Charlie: ¿Todo está bien, señor Fisk?— nuevamente el guardia se puso enfrente de la celda.

Kingpin: Razonable, diría, ¿Y tú?

Charlie: Bien. Bueno, ya sabe, algunas alergias. Esto del calentamiento global hace que el polen se levante. Yo…

Kingpin: Necesito que hagas algo por mi, Charlie.

Charlie: Bueno, claro, señor Fisk. Lo que usted quiera…mientras…esté bajo las reglas.

Kingpin: Me temo que no será así, Charlie, ya que hoy— Se levanta de su silla para después agacharse y así agarrar la pata de la mesa—…hoy…— rompe la madera, así dejando caer varios rollos de dinero—…vamos a dejar las reglas muy, muy de lado.

El rubio estaba sorprendido de ver que Kingpin tenía demasiado dinero en una tabla de madera.

Kingpin: Cuando llegué por primera vez a este lugar, se suponía que estaría por mucho, mucho tiempo. Por ellos me aseguré de tener algunas cosas…provisiones…cerca mío. Por si alguna vez las llegase a necesitar— agarra otra pata de la mesa y con fuerza la rompe, liberando aún más rollos de dinero—. Verás, en tiempos antiguos, no era raro que un rey fuese secuestrado y mantenido como rehén hasta que pagaran por su rescate— empieza a romper las otras patas y empieza a tirar el dinero en una sábana blanca—. Y bueno, en un ambiente como este, un hombre como yo debe estar preparado para cualquiera eventualidad, sin importar lo improbable que esta puede llevar a ser.

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