Regalo de felicidad

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El ojiverde jaló un cajón de su mesa y ahí empezó a buscar algunos objetos. Felicia Hardy estaba sentada en el borde de la cama, sostenía un vaso de vidrio con agua en su mano izquierdo.

Peter: No es reclamo ni nada de eso, ¿Pero porqué viniste aquí?— se sienta a lado de ella. La peliblanca sube ambos pies a la cama y los cruza entre sí.

Felicia: Eres la única persona que me ayudaría— Peter le señala la blusa. Ella no es de esas chicas tímidas ni nada, sin pensar en lo que podría pasar, se quitó la blusa.

Las mejillas de Peter se enrojecieron por ver el abdomen y en especial…los pechos de la joven que estaban cubiertos por un sostén negro.

Simuladamente agarró su almohada y la puso en la entrepierna. Según para poner las cosas que tenían en la mano.

Aunque, Felicia no es estúpida.

Después de haber acomodado el alcohol y algunas curitas. Procedió a limpiarle la sangre que tenía en su estómago.

Peter: Pudiste haber ido con Flash— pasa suavemente el trapo por la herida que estaba cerca de las costillas.

Felicia: No…— se detiene cuando siente un ardor en su estómago—. Con cuidado, Pete.

Peter: Lo siento— agarra un pequeño bote verde, y de él saca un poco de crema—. Esto servirá para hacer que las quemaduras no pasen a mayores— empieza a aplicarlo en el abdomen de la sexy gatita.

La chica observó al castaño con amor. Sin duda Peter era una persona muy importante para ella, él era el único que no le juzgaba por ser una ladrona.

Ha habido veces que le dice que no siga haciendo eso. Pero cuando no logra convencerla, acepta su decisión.

Ahora está al tanto de sus lesiones que fueron causadas por lo mismo que el dijo que se alejara. Preocupado por ella, algo que agradecía internamente.

Peter: ¿Quién te hizo esto?— la pregunta la saco de sus pensamientos. La sorpresa llegó después.

Peter se oía enojado. Pero no con ella, sino con el responsable de sus heridas. Aunque le dijera, Peter no sería capaz de hacer nada, ni de golpear a un guardia novato. Según ella.

Felicia: No importa, Peter. Es algo que no te incumbe— él se limpió las manos con un papel que tenía ahí. Felicia en ningún momento lo vió entrar con un papel, eso ya estaba ahí. ¿Por qué?

Peter: Sabes que yo diseño la tecnología de Spider-Man. Yo conozco su lista de enemigos, puedo ayudarle a crear algo para destruir al responsable de esto— según los recuerdos de Felicia Hardy, Peter Parker es el mejor amigo de Spider-Man. Y Peter es quien diseña sus lanzaredes y algunos artilugios que el mismo cabeza de red ocupa.

Felicia: Aunque te dijera. No podrás hacer nada…Spider-Man no ha aparecido en todo el día— Peter alzó una ceja—. Lo estuve buscando.

Peter: Hace rato vino a pedirme un nuevo lanzaredes— agarra unas vendas que tenía encima de su almohada. Las desabrocha y empieza a girarla al lado contrario—. Soy tu amigo. Puedes decirme que es lo que pasa.

Felicia: Peter…este tema es algo que debo de hablar con Spider. Es algo peligroso, incluso para él— Peter empieza a enrollar las vendas en el brazo derecho de Hardy. Ahí tenía una cortadura de unos cinco centímetros—. Y no quiero incluirte.

Peter termino de vendar el brazo de la chica. Observó los ojos azules de la peliblanca.

Peter: Aunque no me lo digas. Spider-Man vendrá y me lo dirá— tenía ganas de decir que la ayudaría a luchar contra esos criminales. Pero en estos tiempos, no puede revelar su identidad secreta.

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