Puse especial atención en esa camioneta pero para mí desgracia antes de que alguien se bajara alguien corrió con un paraguas abierto.
"Ni hace tanto sol, pensé"
El maldito paraguas me tapo toda la vista y nisiquiera pude divisar bien el cuerpo del hombre. Por qué fue lo único que pude notar. Era hombre.
Camine ahora de puntillas a la puerta.
Se escuchan murmuros pero nada concreto que pudiera entender.
Abrí la puerta despacio y Néstor ni se giro a verme. — No. — Dijo seco sin siquiera dejarme hablar.
— Ocupo ir al baño y el mío no sirve.
— Aguantate.
— Néstor — Dije fingiendo desesperación. — Me la debes... Jorge. — Dije molesta su falso nombre.
Él suspiro y se giro a verme. — camina despacio y sin hacer ruido. Si llegas a bajarte hacer una escena y molestar a la gente de abajo no voy a poder salvarte Elena .¿Escuchaste?
Asentí como niña pequeña y camine despacio detrás de él.
"Entiendo que no fueron órdenes de usted, pero debe entender y ayudarnos en este problema" — Decía Iván.
"De verdad, lamento su perdida, y te voy a ayudar en lo que sea necesario." — Escuché de una voz rasposa que no reconocí.
"De verdad le agradezco, y igual, estamos para servirle. Usted sabe que lo que menos queremos son problemas" — Decía Iván tranquilo.
Maldije por ya no poder escuchar cuando choque con la espalda de Néstor. — Te dije que eres una vieja mitotera. Andale métete al baño de este cuarto. — Dijo bajo.
Me metí y me cerró la puerta. Mire el cuarto y estaba bien limpio, casi no había fotos o cosas calgadas, pero había una en el buró alado de la mesa.
Era un señor algo gordito con bigote y una cachucha negra, estaba sentado en cunclillas y a cada lado de él había dos niños. Uno delgadito parado con cara de aburrimiento subiéndose el pantalón con sus manitas y el otro castaño claro con su ceño fruncido estaba parado derecho con sus piernitas ligeramente separadas y sus manos juntas al frente una sobre la otra. Rei internamente era un niño pero parecía un adulto de actitud arrogante.
Di un brinco cuando alguien tocó la puerta.
— ¿Ya? — Escuché la voz de Néstor.
— Si. — Dije tranquila volviendo a dejar la foto donde mismo.
— Ya puedes desayunar abajo, si quieres. — Las visitas ya se fueron. — Me dijo Néstor abriendo la puerta.
— Está bien. — Dije bajando las escaleras. Me pareció extraño no encontrarme con Iván según yo hace unos segundos aquí estaba.
Desayuné en silencio y sola.
Mire extrañada mi plato. — Néstor ¿Quien hizo el desayuno si no hay personal?
— Creo que Iván.
— Ah. — Dije volviendo a ver mi plato.
Desayuné, lave el plato y volví a mi cuarto. Estaba completamente aburrida cuando me puse a inspeccionar la habitación donde me quedaba.
Encontré ropa deportiva. Me la puse y baje las escaleras.
Néstor estaba en la sala jugando vídeojuegos.
— Néstor. — Pregunté tímida. — ¿Existe posibilidad que pueda correr alrededor de la hacienda?
El puso pausa a su juego y se giro a verme tranquilo. — Si claro. Como quieras. También hay un gimnasio pequeño. Es la segunda puerta después de la de tu cuarto.
— ¿Y puedo usarlo?
El sonrió. — Estás en tu casa... — Hizo una pausa. — Figurativamente. — hice una sonrisa de lado. — Por un tiempo. — Acompleto alimentando mi esperanza.
— Gracias. — Dije con una sonrisa pequeña.
— Hay una tele con internet así que puede poner la música que quieras también. Diviértete. — Dijo por último reanudando su juego sin girarse a verme.
Después de correr unos cuantos kilómetros.
Me quedé sentada en el piso.
Mire la hora. 11:45
Tuve una idea que no sabía si era buena o no pero creo que serviría para aligerar la atención.
Me bañe y me puse algo cómodo y me dirigí a la cocina. Cuando baje Néstor seguía jugando.
— Néstor, ¿Crees que puedan traer unos ingredientes?
— ¿Y eso?
— Quiero hacer algo de comida
—Si, claro. Haz una lista y se la daré a uno de los muchachos. Y recuerda... Muuuy específica Elena.
° ° °
Di un pequeño chillido cuando me queme al darle la vuelta a una tortilla.
— ¿Y que tal me quedo? — Pregunto Néstor mostrándome la masa de tortilla deforme.
Sonreí. — ¿Es un Pokémon o que?
— Es una tortilla. — Dijo algo molesto. — Mira es obvio que es un círculo.
Lo mire achicando los ojos.
— Eso es todo, menos un circulo
Néstor tomo la masa nuevamente molesto cuando se abrió la puerta de golpe.
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Quédate
Science FictionEsta historia narra el tiempo que Elena vivió con Iván y Ovidio Guzmán. Seamos sinceros, no existe nada que justifiqué el comportamiento de estos individuos en la vida real. Pero al fin de cuentas son humanos, con sus errores y sus emociones. Indep...