— ¿Y eso chamaco? — Pregunto Don Joaquín extrañado.
— La escuela
Joaquín soltó la carcajada divertido.
— Pues...
— Solo présteme una avioneta. No ocupan regresar todos conmigo
El señor Joaquín miro pensativo a su nieto. — ¿ Estás seguro?
— Siii. No sería la primera vez.
— Está bien. — Dijo Don Joaquín
Después de que le hicieran una prueba de vuelo a la avioneta que le darían a archivaldo ya se encontraba despidiéndose de todos.
— Suerte con la chaparrita. — dijo Joaquín.
— Avisas cuando llegues. — Dijo Freddy.
— Cualquier cosa, usa la radio. — Dijo Andrés.
— Estaremos en contacto, Ivansito. — Dijo el señor Antonio.
— Espero estar haciendo negocios con usted muy pronto. — Dijo archivaldo.
— Tu y yo seremos socios. — Dijo Archivaldo a David en el oído. — Acuérdate de mi.
David sonrió de lado y le dió una palmada en la espalda a su nuevo amigo.
Atenea miraba con una sonrisa a Archivaldo. Su largo cabello se agitaba, parecía un retrato hermoso. Su piel se miraba morena tostadita.
— Si esto no es esforzarse, no se que sea. — Dijo sonriendo archivaldo.
— Ahora si que me sorprendiste. — Dijo la joven.
— Te soy sincero. Aún no se que le diré o que haré. ¿Rento una casa? ¿Un jardín? ¿Fuegos artificiales?
— ¿Por qué no intentas ser sincero? ¿Y espontaneo? ¿Realmente crees que ella ocupa todo eso? — Pregunto la joven
Archivaldo sonrió. — Linda forma me decirme pendejo materialista.
— Toma. — Dijo la joven levantando la mano. Era una especie de colgante con varios hilos.
— ¿Que es esto? — Dijo archivaldo tomándolo.
— Se llama Norigae. Es un amuleto de la buena suerte.
— Gracias. — Dijo guardando el amuleto en su pantalón le dió un ligero abrazo a la joven y luego empezó a caminar a la avioneta pero se detuvo. — Oye, si... Algún día volviera...
— Será un gusto volver a verte, Archivaldo. Me agradaría mucho que me buscarás. — Lo interrumpió ella.
— Volveré. — Aseguro él.
La avioneta despegó y todos lo vieron alejarse.
Narrador.
Don Joaquín estaba algo desanimado. Realmente le agradaba archivaldo, conectaba con él, le recordaba a su hijo Iván y lo creía perfecto para que continuará con todo lo que él había creado. ¿Pero irse por una joven? ¿Cuando podía hacer tratos de negocios? Y sobre todo... Dónde había mujeres bellísimas.
Joaquín estaba sorprendido su hermano por fin se la jugaba por alguien. Se moría por escribirle a Lucia para saber que sorpresa le tenía planeada archivaldo.
Lucia.
No podía parar de ver la pantalla de mi teléfono.
Tenía días que no sabía nada de Archivaldo y estaba preocupada por él desde que me confesó que quería entrar al negocio.
¿Dónde estará? ¿Estará bien? ¡Que tonta fui!
Me gusta, si me gusta. Pero pensar en el estar con él es como volver a la vida que me dió mi padre de pequeña. Tener que estarme escondiendo. Quiero una vida tranquila. Definitivamente fuera de todo este caos.— ¿Que haces ratita? — Pregunto Madelyn llegando a mi lado.
— Nada. — Dije bloqueando mi teléfono.
— ¿Aún no te contesta el puto ese?
— No. — dije algo desanimada y molesta.
— Por Dios Lucia. Puedes tener algo mejor. Algo que valga la pena. Hay muchas cosas que hacer. Cómo... Limpiar el cuarto y... La tarea. La de educación física ¿Ya la hiciste? ¿Que no quieres ir a maza o que?
Lucia se quedó pensando. Decidió no pelear y solo se sentó en su escritorio. Pero no podía pensar claro, así que no sabía ni como empezar.
— No se que poner. — Dijo por fin a los minutos molesta
— Vamos a limpiar, ponemos música. Luego vamos a la alberca y tal vez te inspires.
Ambas pasaron un buen momento juntas haciendo prácticamente su propio concierto en vivo.
Pasaron las horas y luego se pusieron un traje de baño y se fueron al patio a la alberca
Madelyn se acomodo los lentes en su cara. — Dime la verdad. ¿Si te gusta archivaldo?
Lucia apenas se giro a su prima.
— No me digas nada. Esa mirada lo dice todo.
Lucia rio divertida. — Apenas me gire.
— Da igual... A nadie engañas. Te gusta.
— Apenas lo conozco.
— Ash. Bueno pues... Te llama la atención.
— si. — Admitió por fin. — Supongo que sí.
— El problema es que me preocupa que quieras cambiarlo. Te conozco, no estarías con alguien solo por estar. Y el... Bueno, es un Guzmán. Eso lo dice todo.
— Madelyn.
— Lucia, seguro él solo quiere coger. Si es lo que quieres. Está bien, adelante. DATE. pero si no... Alejate.
— No estoy segura de quererlo solo para eso.
— Entonces corre, chica. Corre y no mires atrás. — Dijo Madelyn quitándose los lentes apuntandome con estos. —Ese hombre es satanás.
— Quiero conocerlo. Voy a darle una oportunidad. Le dije que quería hablar con él. — Admiti agitando un poco mis pies en el agua.
— ¿Así que te irás como gorda en tobogan?
— No. — Asegure. — Pienso ir despacio. Pero estoy más abierta a la idea de salir con él.
— Que Diosito nos agarre confesados. — Dijo Madelyn volviéndose a colocar sus lentes de sol.
Después de unas horas volví a mirar mi teléfono y nada.
Madelyn y yo nos bañamos. Vimos una película y se llegó la tarde.
En eso mi teléfono vibró por un mensaje.
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Quédate
Science FictionEsta historia narra el tiempo que Elena vivió con Iván y Ovidio Guzmán. Seamos sinceros, no existe nada que justifiqué el comportamiento de estos individuos en la vida real. Pero al fin de cuentas son humanos, con sus errores y sus emociones. Indep...