Se iba a levantar para ir con la joven pero la werita con copas de más se sentó en sus piernas.
El puso una mueca, no se iba a meter con ella. Pero en fin.
— Tu, eres Archi, ¿Verdad? — Decía ebria.
— Así es, bonita. — Dijo Archivaldo mientras armaba un juego con sus cartas.
— Me gusta mucho tu auto.
— Gracias.
— Pero me gustas más tu. — Le susurro al oído.
En eso archivaldo sintió como la joven de cabellos dorados puso su mano en el abdomen de él por debajo de la mesa. Él abrió un poco más las piernas para darle acceso a dónde ella quería llegar.
— Vas. — Dijo Andrés a su primo.
Archivaldo bajo su juego.
"Puta madre"
"Vale verga"
Fueron los comentarios que se escucharon en la mesa cuando se dieron cuenta los demás que habían perdido.
Archivaldo sonrió y se acercó el dinero.
— ¿Que tal si nos vamos de aquí? Tu y Yo.
— No. Aprovechame por qué algo más de esto no vas a pasar — Dijo Archivaldo. Hizo una pausa. — Por lo menos no está noche. — Dijo al sentir como la joven le acariciaba la entrepierna
—¿Por qué no? — Dijo haciendo puchero la joven.
Archivaldo iba a contestar, pero miro a la joven que él había dado raite pasar a lado de él. La miro y noto con ella caminaba nerviosa con la cabeza agachada.
¿Por qué caminaba así? Se miraba bastante bien, su cuerpo, su rostro y verla con lentes lo hacía ponerse algo caliente.
Por un segundo dejo aun lado su idea de coger y pensó en la joven. Noto como sus amigos la intentaba hacer sentir cómoda. Pero ella seguía con la cabeza agachada. Sabía que ella lo iba a odiar e iba a parecer un completo acosador. Pero sabía que molestarla haría olvidar la timidez.
— ¡Hey! ¡Loca!
La joven se giro molesta.
— ¿Piensas gritarle a alguien está noche?
— Ya déjame en paz archivaldo. — Dijo molesta empezó a caminar derecha del enojo.
Iván sonrió satisfecho. En eso sintió como alguien lo tomo de la barbilla bruscamente.
— Estoy aquí — Dijo la werita molesta.
Iván se giro a verla y la quito de sus piernas.
— A mí no me tocas
— ¿Pero si te gusta que te agarre la riata?
Archivaldo levanto sus hombros en señal que no le importaba.
La Werita lo miro molesta y se fue.
Archivando siguió jugando poker hasta que se levantó a agarrar un poco de las aguas locas que estaban en una mesa.
— Eres un maldito acosador.
El joven se giro con el ceño fruncido y se encontró a su loca favorita.
— ¿Que pasa? ¿Que te hice?
— ¡Gritarme de esa forma frente a toda la fiesta y decirme loca!
— ¿Pero sirvió no?
Ella lo miro confundida.
— Ya no sentiste nervios de caminar entre todos con ese lindo bikini. — Dijo Archivaldo y luego sonrió. — Ibas emputada, derechita.
La joven le achico los ojos.
— Por cierto te queda muy bonito ese color. — Dijo el joven sirviéndose un vaso. Noto como ella se ruborizó un poco y se encogió nerviosa y él se odio por eso. — A ver loquita, no te pongas nerviosa tan rápido.
— No estoy nerviosa. — Dijo molesta.
Archivaldo sonrió y se agachó a la altura del rostro de ella para quedar a centimetros. — A mí me parece que si.
Al ver que no le causó nada a la joven más que una profunda molestia se sintió satisfecho. Ella se dió la media vuelta y camino segura de vuelta con sus amigos.
"Tiene bonitas piernas" pensó
En eso. Escuchó como su primo Andrés lo llamo.
— ¡ARCHIVALDO! ¡VEN!
El joven camino algo apresurado con el ceño fruncido.
Al llegar a la parte de afuera de la casa miro a Joaquín discutiendo con alguien.
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Quédate
Science FictionEsta historia narra el tiempo que Elena vivió con Iván y Ovidio Guzmán. Seamos sinceros, no existe nada que justifiqué el comportamiento de estos individuos en la vida real. Pero al fin de cuentas son humanos, con sus errores y sus emociones. Indep...