— Alfredo está derrapando. — Dije algo asustada.
Ovidio rio. — Sii, es bien desmadroso. — Se hace así. — Dijo para luego sentir como la parte de atrás de su camioneta se ladio ligero hacia la izquierda.
— Ovidiooo bastaaaaa nos vas a matar.
Ovidio empezó a reír más fuerte. — Estás loca no pasa nada. Se siente chingón mira.. — Bajo la velocidad y luego hizo que se ladiara hacia la derecha. Yo me agarre fuerte del asiento.
Después de un rato llegamos una enorme puerta de un porton resguardada por mucha gente, me puse nerviosa.
Ovidio apenas estaciono la camioneta se bajó corriendo.
Corrió hacia dos niños pequeños.
— Tío — Dijeron los dos pequeños emocionados.
Me baje lento. Había mucha gente afuera que había recibido a los muchachos.
Ovidio me miró nerviosa y se acercó, puso su manos en mi espalda baja y me empujaba lento.
— Familia, ella es Elena, es una amiga. Y Elena, ella es la madre de Iván y Alfredo, La señora María Alejandrina, la odiosa de ahí es mi hermana Alejandrina pero le decimos "Ina" (le vamos a poner así pa poder distinguir cuando se trate de la señora Alejandrína y Alejandrína Hija) y la otra enfadosa es nuestra otra hermana Griselda (en el otro cap puse Gisselle perdonen la dislexia)
— Mucho gusto. — Dije sonriendo.
— Igualmente, hija. — Dijo la Señora Alejandrina risueña.
— Así que la ropa es para ella. — Dijo Ina divertida.
— Si. — Dijo Iván seco.
— Interesante. — dijo ella viendome de arriba a bajo, me sentí algo nerviosa ante su mirada pero no lo demostré.
— No estés chingando tan temprano. — Dijo Iván
— No le hables así a tu hermana muchacho.
¿No te da vergüenza con la muchacha aquí? Que vea lo grosero que eres. — Dijo la señora Alejandrína.Iván se quedó callado.
Ovidio miraba divertido a su hermano.
— Elena, ella es mi esposa Elsa... — Alfredo se giro a su esposa. —Mi amor, Elena es una amiga muy especial de Iván.
Quería matar a Alfredo pero disimule.— Oh, la cumpleañera. Muchas felicidades. Y un placer — Dije dándole un ligero abrazo.
— muchas gracias y un placer también. — Me quedé impresionada ante lo bonita que es.
Elsa me miraba sonriente y luego a Iván. Lo que me faltaba todos creían que era pareja de Iván o su puta de turno.
— Bueno. Pasenle, pasenle por favor. Para que se instalen. — Dijo la señora Alejandrína haciéndonos pasar.
— Voy por las maletas. — Dijo Ovidio. De inmediato me gire para ir detrás de él pero me detuvo.
— No mija, usted entre que los hombres vayan por su maleta. Iván ve. — ordenó la señora Alejandrína.
Néstor y pancho tenían una sonrisa de oreja a oreja estaba amando el momento.
— Ooh. No vera es que.. Iván y yo no..
— Tranquila. Tranquila, hija. — Me interrumpio la señora y por respeto me caye. — No tienes que dar explicaciones, sabemos que son muy complicados los jóvenes de ahora. Pero deja que Iván sea el hombre y te trate como reina.
Me quedé callada y sonreí. Bueno si ya estaba metida en esto, supongo que podía divertirme ¿Después de todo que es lo peor que podría pasar?
— Iván,¿Traes mi maleta por favor? — Dije inocente.
Iván me miraba aburrido. Parecía que leía mi mente y sabía que me aprovecharía de él todo el viaje.
Alfredo apretó los labios para no carcajearse de su hermano.
La verdad es que esperaba una cara chueca de Iván me miró serio unos segundos y puso una sonrisa preciosa. Nisiquiera podías notar la ironía en su cara. — Claro que sí, bonita. — Dijo caminando detrás de su hermano menor.
Néstor parpadeo extrañado y pancho se giro a ver a Ovidio.
— Cuánto tiempo sin venir, ya ni recuerdo el rancho. — Dijo Griselda.
— Pues damos el tour y sirve que Elena lo conozca también. — Dijo Alfredo. Tomo de la mano a Elsa y caminamos Griselda, Ina y yo detrás de ellos.
El rancho era bastante grande y precioso, la casa ni se diga. Ina y Griselda eran más o menos de mi edad por lo cual nos llevábamos muy bien. Todo el recorrido pude notar lo enamorado que está Alfredo de su esposa. Eran una pareja muy linda.
Cuando regresamos a la sala del lugar Ovidio reía a carcajadas con Néstor lo cual me pareció muy peligroso para mí
— Cuenten el chiste — Dijo Alfredo.
— Después te lo decimos. Hay damas aquí. — Dijo Ovidio.
— Ya van a empezar con sus marranadas. — Dijo Ina molesta
— Mmmtaaa. Ya dijimos que no diríamos nada. — Dijo Ovidio molesto.
— Que bueno que ya llegaron, por qué no se van a alistar o se hará tarde. Solo me falta hacer las tortillas.
— Me pondré en remojo, chao bye. — Dijo Ina desapareciendo escaleras arriba.
— Buscaré que ponerme. — Dijo Griselda subiendo detrás de su hermana.
— Si ocupa ayuda... — dije tímida
— ¿Sabes hacerlas? — pregunto la señora
— Nombre, oiga. Viera que buenas le salen. — Dijo Ovidio.
— ¿ En serio ? — Pregunto Elsa. — ¡Por fin alguien que nos a ayudar suegra!
— Usted no va a hacer nada en su dia. — Dijo Alfredo a su esposa.
— Así es mija, váyase a alistar. — Dijo la señora Alejandrína.
— No, no hay problema... — Dijo Elsa.
— De verdad no te preocupes. — Dije sonriendo. — Yo ayudaré en lo que pueda.
— Cuñis, usted póngase más guapa. — Dijo Ovidio. — En el cumple de Elena ya le tocará. — Dijo burlón.
— Está bien. — Acepto Elsa. — Pero tienen que traer a Elena en su cumpleaños. — Advirtió
Dios mío, esta gente ya hacia conmigo planes a futuro y yo solo quería salir corriendo.
Elsa y Alfredo subieron las escaleras y yo camine a la cocina con la señora Alejandrina.
— ¿Y quién te enseñó mija a hacer tortillas?
— Mi abuela. — Dije ayudandole con la masa. — Ella vivía en un rancho con mi abuelo. Algo más pequeño que esto. En las mañanas me mandaba por huevos al gallinero y leche fresca con las vacas y hacíamos tortillas para el desayuno y a la hora de la comida
— ¿Así que sabes lo que es trabajar?
— Cosas de campo si.
— Hasta que Iván agarra algo decente. — Dijo la señora poniendo las tortillas a calentar y no pude evitar sonreír
— ¿Y como conocistes a los muchachos?
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Quédate
Science FictionEsta historia narra el tiempo que Elena vivió con Iván y Ovidio Guzmán. Seamos sinceros, no existe nada que justifiqué el comportamiento de estos individuos en la vida real. Pero al fin de cuentas son humanos, con sus errores y sus emociones. Indep...