Quédate

Andrés

Andrés estaba medio pedo bailando en la pista de baile con su traje de novio.

La novia se había cambiado por un vestido corte sirena muy bello.

Freddy con unos lentes de luz bailaba también bien animado.

Archivaldo bailaba con uno de sus pequeños y Lucia con el otro. Llevaban a las niñeras pero de ves en cuando los tomaban.

— ¡LIMBO! — Grito Joaquín.

Madelyn fue la primera en seguirle en rollo, todos hicieron una fila y empezaron a seguirlo.

Andrés miro a su esposa y se le acercó.

— Sabes aun no me creo que estemos casados.

— Yo tampoco. — Dijo riendo

— Te amo, no sabes lo mucho que te amo y se que no te lo digo a diario y se que me es muy difícil expresar mis sentimientos. Pero quiero decirte que te amo y siempre que tengas un problema podrás decírmelo y podremos hablar para resolverlo.

María miro enternecida a Andrés

— También te amo Andrés.

Le dió un beso.

Andrés siguió bailando y luego se fue a a los baños algo alejado. Se lavo las manos y derrepente alguien de metió al baño y cerró la puerta.

— ¿Que verga?

— Hola Andrés. — Dijo una joven rubia

— ¿Hola? — Pregunto extrañado.

— ¿Te acuerdas de mí?

Andrés se quedó ido. No tenia ni la más mínima idea de quién era. — Ni idea.

— Lo hicimos hace tiempo y quiero repetir.

Andres levanto la mano y señaló el anillo. — Te la pelaste

— Nadie se va a enterar.

Andrés sonrió sin tacto alguno la hizo aún lado y salió por la puerta del baño.

Llegó con sus hermanos.

— Me acaban de invitar a coger. — Soltó Andrés.

Archivaldo, Freddy y Joaquín se giraron a verlo.

— Y dije que no. Ya soy más mandilón que Archivaldo.

— Wey es que como vas a traicionar a quien te da estas cosas tan bellas. — Dijo viendo a su pequeño hijo.

— ¿Oye y como los distinguen? — Pregunto Joaquín

— Por las esclavas que les regalaste. Tienen su nombre y nunca se las quitamos.

— Estamos orgullosos de ti. — Dijo Freddy. — Oficialmente el club de los mandilones.

— Que vergüenza. — Dijeron todos al mismo tiempo dándole un trago a su bebida.