Archivaldo XXIV

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Archivaldo apretó un poco los dientes por la altura.

Ella camino a la orilla y se sentó.

Archivaldo la imitó y se sentó a su lado.

- Es una buena vista. - admitió.

- Siempre me gustaba venir aquí- Dijo ella mirando el horizonte.

- ¿Que querías olvidar? - pregunto él.

- ¿De que hablas? - Pregunto ella.

- Uno no viene a un lugar así a pensar en lo bella que es su vida. Unos busca alejarse para no pensar en algo que le taladra la cabeza o analizar mejor la situación.

Ella sonrió. - No quería pensar en los problemas de mis padres. - Admitió- ¿Aún te duele mucho? - Pregunto viendo el brazo de él.

- No, ya no.

- Debiste estar asustado en ese momento.

- Más bien desesperado. - Admitió. - Miraba como los carros seguían a Joaquín y... - Dió un largo suspiro. - Pero ya pasó.

- Tu y Joaquín parecen ser muy unidos.

- Somos muy diferentes, pero no sé que sería de mi sin él.

Ella sonrió. - Me gustaría tener algo así.

- ¿Tienes hermanos?

- No. - Contesto ella.

- Pero tienes a Madelyn parece ser como una hermana para ti. Parecen unidas.

- Madelyn fue la única de la nueva familia que me aceptó.

Archivaldo cayó en cuenta. Madelyn y Lucia no eran primas de sangre.

Archivaldo asíntio. - ¿Tus padres se separaron hace mucho? - Pregunto archivaldo sentado a su lado.

Ella sonrió triste. - Hace tres años.

- ¿Preferiste vivir con tu padre?

- Mi madre falleció de cáncer y mi padre se volvió a casar hace dos años... No digo que su esposa no me quiera, es solo que sabes cuándo alguien no tiene ese amor de madre contigo.

- Lo lamento. - Dijo tranquilo. - Y Creo que fue muy pronta la decisión de tu padre - Soltó archivaldo sin escrúpulos

(Contexto, totalmente inventado jaja el padre de Lucia es Alberto Carrillo Fuentes, Hijo de Amado Carrillo)

- Mi padre es un hombre que no sabe estar solo.

Archivaldo apretó los dientes. Estaba molesto y no sabía porque.

Archivaldo sintio como se le revolvió el estómago. Su madre era su ser más preciado y la idea de perderla le dolía bastante, no se imaginaba como debía sentirse Lucia.

- Pero no me mires así. - Dijo ella riendo. - ¿Pasan las cosas y solo nos levantamos no?

El sonrió de lado. - Así es, chaparrita.

- ¿Crees que algún día podré tener una casa igual? - Pregunto ella soñadora. - Con dinero... Limpio, claro.

- ¿Cómo? ¿Tu familia no es millonaria por la siembra de tomate? - Pregunto Archivaldo haciéndose el falso sorprendido.

Ella sonrio. -Claro que si, como la tuya, por la siembra de elote.

Archivaldo soltó la carcajada.

- Puro agricultor fino. - Dijo él burlandose. - ¿Pero por qué dinero limpio? Apoco no te imaginas bien buchona sentada en un trono con unas largas extenciones negras y unos tacones del 15, con los labios de Kylie Jenner con un cuerno aún lado.

Ella reía divertida. Sabía que él lo hacía aproposito. Ese no era el estilo de ella.

- Nooo.

- Te verías bien - admitió él. Alborotandole un poco el cabello. - Y con mi tigre aun lado acariciándolo con un vestido con incrustaciones de oro. - continuo él de forma exagerada mientras ella reía.

- Por favor... Para parecerme a tu amiguita del antro...

Archivaldo iba a soltar la carcajada pero sonrió malicioso. La tenía.

- Uy no chaparrita. Déjame decirte que las celosas no son lo mío.

Ella lo miro confundida.

- ¿Cómo sabes con quién fui al antro? - Pregunto curioso con una sonrisa radiante.

Ella se puso nerviosa un segundo pero luego hizo como si no le importará. - Dimitri me envió una foto y salias al fondo.

- Te apuesto que ni recuerdas que traía Dimitri, pero si a mí al fondo con la morena.

Lucia rodo los ojos.

- Dimitri seguro te la envío para molestarte.

- ¿Por qué lo haría? - Pregunto ella divertida.

- No lo sé. Pero apuesto que le funcionó, por qué incluso ahorita recordarlo te molesta.

Lucia se rió más divertida. - ¿Exactamente qué me molestaría?

- Que ella estaba en mis piernas y tú no.

- Por favor. Esas piernas ya parecen asiento de camión público. TODAS ya se han sentado ahí.

Archivaldo en ves de molestarse soltó la carcajada divertido.

- Ahora me dices público...

- Más que los baños transportables. - Dijo ella. - Nunca sabes que te vas a encontrar ahí, pero uno estas seguro que puro cochinero

El volvió a reír divertido. - Pues ni tanto eeh. He dejado un par de sentiditas por ahí.

- Están tristes, pero no saben lo afortunadas que son.

Archivaldo estaba más que divertido. Lucia le contestaba al segundo de una forma tan tierna y tajante que lo tenía maravillado.

En eso sonó un teléfono y ella contesto.

"Si... Sii... Si está bien, iré cuando me desocupe. Si Madelyn está bien, adiós"

Colgó

- Tengo que irme. - Dijo Lucia sin más.

- Vamos. - Dijo él ayudándola a pararse. - Aunque mira que para tanto insulto. Mereces que te deje aquí.

- No te confundas Archivaldo. No soy una dama en peligro. Si tú te vas. Puedes estar 100% seguro que alguien más vendrá por mi- Dijo ella con una sonrisita guiñándole un ojo.

- Vamonos pues, gallito de pelea. - Dijo el divertido.

Salieron de la casa y Archivaldo se dirigió a la casa de Lucia.

- No. A mi casa no. - Dijo ella rápido al ver el camino.

- ¿Entonces a dónde?

Ella le dió instrucciones y llegaron a una casa como en un lugar apartado como un ranchito. Archivaldo arrugó la cara el lugar no se miraba seguro.

- Estás segura que... - Lucia ni lo dejo terminar, se bajó de la camioneta.

- Gracias. Galán.

- Pero.... ¿Está tu prima aquí? ¿Estarás bien? - Pregunto bajando el vidrio mientras Lucia se dirigía al cerco de madera y alambre de púas para moverlo.

- No te preocupes. - Grito ella.

Archivaldo no muy convencido le dió vuelta a la camioneta y miro fijamente la casa. Había un hombre en la ventana mirando la camioneta fijamente.

Cuando Lucia entro a la casa, el hombre desapareció.




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