Lucia pensó de todo. Ir a un lugar de mala muerte. Ir con los contra. Lo que sea que obligará a archivaldo a buscarla. Pero luego cayó en cuenta. Solo la salvaria. Más no volvería con ella.
Esa tarde no hizo nada más que preparar su maleta y volver a la universidad.
Lucia hizo como si archivaldo jamás hubiera entrado en su vida. No lo mencionaba para nada. Algunas noches no podía evitar llorar. La escuela la había dejado quedarse. Madelyn la obligó a entrar al gym y Lucia se puso a trabajar. Ocupo su mente cada hora del día. Y funcionó. Funcionó muy bien. Enterró del recuerdo de quién había Sido su primer amor y sirvió para conocer más personas. Sirvió para que se desarrollará más como persona y tuviera excelentes calificaciones.
Pasaron años... Y Lucia se graduó. En todos esos años lucia no supo nada de Archivaldo. Era la primera vez que volvía a Culiacán desde que se había despedido de archivaldo.
Preparaba su maleta. Quería ver a su Nana y traerla con ella para que estuviera en su acto de entrega de papeles, la extrañaba mucho.
— ¿Lista? — Pregunto Madelyn desde la puerta con su maleta también lista
— Si. — Dijo Lucia emocionada.
Ambas tomaron su avión y en el aeropuerto gente de su padre las recogió
Al llegar a su casa tiraron las maletas y ambas abrazaron a su Nana muy fuerte.
— Mis niñas. Están más hermosas. Lucia... Tu cabello. Está súper largo. Y esta súper negroo... ¿Te lo pintaste?
— Si Nana. — Dijo emocionada. — La extrañamos mucho.
— Madelyn preciosa. Mírate. Tienen un cuerpazo las dos.
— Madelyn me obligó ir al gym. — Dijo Lucia divertida.
— Nombre Nana y antes me sentía inalcanzable ahora imagínese con este culo.
La Nana de ambas rio divertida. — Ustedes no cambian mis niñas.
— Lucia entra hay alguien que te quiere ver...
Lucia entro extrañada a la sala...
Por otro lado...
Archivaldo tenía la mitad de la camisa de botones abierta.
La joven de cabello corto brincaba encima de sus piernas y el resonar de sus pieles chocando hacia eco en toda la oficina.
Archivaldo ni sentía tanta satisfacción, realmente le parecían un poco incómodo los gemidos de la joven parecía una película porno barata. Pero estaba tan borracho que ni podía moverla a su gusto.
Ni se movía. Ocupaba bajar avión, así que con una tarjeta que estaba en su escritorio agarro un poco de merca y la introdujo en su nariz.
La joven termino satisfecha. Y Arch todavía tenía ganas.
Solo busco su cartera y saco un par de billetes.
— Aún... Te ves emocionado.
— Ya te puedes ir. — Dijo seco
— ¿Seguro?
— Si, si. Ya vete y ponle seguro a la puerta
La joven extrañada tomo el dinero y se fue no sin antes ponerle seguro a la puerta.
Arch suspiro asqueado. Otra vez tendría que hacer él, el pinche trabajo. Por más que se esforzará. No podía. Tanta pinche vieja y ninguna lo podía hacerse venir.
Tomo su miembro entre sus manos y cerró los ojos. Los recuerdo volvieron a él. Dos palabras, costa rica.
— Lucia... — Susurro.
Empezó a mover su mano rítmicamente de abajo hacia arriba hasta que fue aumentando la velocidad.
Recordó cada una de sus curvas, sus caras.
Al fin... Por lo menos había sacado un poco de estrés.
Tomo un par de toallitas que estaban en su escritorio y limpio lo que alcanzó a manchar.
Se subió los pantalones y comenzó a abotonarse la camisa. Toda la noche anterior habían celebrado. Tenía tanto dinero que podía llenar una casa entera de billetes. Todo en el negocio iba perfecto.
Tocaron a la puerta.
— Apesta a puta. — Dijo Freddy.
— Es por qué acabas de entrar. — Dijo archivaldo.
Andrés se rió divertido.
— Seguiste... — Dijo decepcionado Andrés al ver un poco de merca en el escritorio de Arch.
— No soy adicto
— Entonces deja de meterte está fregadera. — Dijo Andrés tirando el suero que tenía en su mano aproposito sobre la merca.
Archivaldo sintió que su cuerpo se descontrolo un poco. Deseo golpear a Andrés, pero no, no era un adicto. No lo haría. No le importaba.
— Ya supimos de quién era la avioneta que voló por aquí cerca ayer.
— ¿De quién es? — Pregunto Arch prendiendo un cigarro.
— Del Carrillo.
— ¿Y que quiere ese verga aquí? ¿Por qué volvió?
Freddy miro incómodo a Andrés.
— Lucia está en Culiacán.
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Quédate
Science FictionEsta historia narra el tiempo que Elena vivió con Iván y Ovidio Guzmán. Seamos sinceros, no existe nada que justifiqué el comportamiento de estos individuos en la vida real. Pero al fin de cuentas son humanos, con sus errores y sus emociones. Indep...