Quédate

Confundida II

— Yo...— Empezó Atenea bastante nerviosa.

— Sabes que, no importa. Pero es el cuarto de Archivaldo y deberías salir.

Atenea solo asíntio y empezó a caminar a la salida.

Joaquín cerró la puerta.

— ¿Ya comiste? — Pregunto Atenea.

— No.

— Ven hice comida. — Dijo bajando las escaleras

Joaquín miro la mesa la flor y que Atenea usaba la camisa de archivaldo.

— ¿Y el Arch?

— Salió con Lucía.

Joaquín dió un pequeño suspiro de alivio.

—Toma — dijo Atenea dándole el plato a Joaquín

— ¿Y tú madre?

— Está bien. Está internada....

Atenea le contó a Joaquín todo lo que había pensado contarle a Archivaldo Joaquín solo asentía. Atenea no lo notaba, pero la personalidad de Joaquín con ella era muy distinta con la de cualquier otra persona

Era serio, era analizador. Creo que era obvio que no se sentía cómodo con ella. Pero apesar de eso, después de esa platica Joaquín se daba cuenta que ella no era mala. Ella no tenía maldad como el pensaba, era atenta. Pero igual habia algo. Algo por lo cual él no podía ser él mismo.

Cuando terminó Joaquín dió una ligera sonrisa y asintio

— ¿Puedo hacerte una pregunta? — dijo Joaquín estirandose en la silla serio

— Si. — Dijo Atena recogiendo su plato lentamente.

— ¿Te gusta Archivaldo?

— ¿Cómo? ¿Que? No.

— Estás nerviosa. Escucha no quiero ponerte en una situación incómoda, pero Archivaldo quiere a Lucia. Él solo tiene ojos para ella, por favor no lo arruines.

— No, claro que no. Le tengo mucho aprecio y cariño a tu hermano y se que es feliz con ella.

— bien. — Dijo Joaquín levantandose de la mesa para irse.

Atenea suspiro. Se había puesto nerviosa y Joaquín lo noto. Era una pregunta que nisiquiera ella misma se había cuestionado.

¿Le gustaba archivaldo? Si. No,no claro que no. Tal vez solo le llamaba la atención. Tal vez solo estaba confundida.

°°°

Archivaldo estaba algo nervioso, se había quitado la barba se había cortado el cabello. Se miró por última vez en el espejo de la camioneta y se bajó tomando el ramo de rosas y un paquete manipulador para Madelyn

Tocó la puerta de la casa de Lucia y Madelyn aburrida le abrió

— ¿Que quieres? — Pregunto desanimada.

— Quiero hablar con Lucía.

— No está. — dijo aburrida.

— Te traje una michelada. — Dijo Arch sonriendo.

Madelyn achico los ojos. — ¿Tiene cerveza?

— Si.

— ¡Lucia tu renacuajo está aquí!

— ¡Me estoy alistado. — Se escuchó dentro de la casa. — Pásalo y plática con él un rato.

Madelyn fingió una sonrisa. — ¡Preferiría arrancarme el brazo con los dientes!