Vuelve

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Joaquín miraba como Lucia se bajaba del taxi y entraba a su casa.

— No se que tenga planeado. Pero está muy mal.

— Cuidala. Por favor.

Joaquín se tuvo que ir pero dejo a unos hombres cuidando afuera de la casa de Lucia con órdenes de seguirla a dónde fuera.

Desde la perspectiva de archivaldo ese mismo fin de semana:

— Esto de vivir en la sierra me tiene hasta la verga. — Dijo Freddy. — Quiero una pinche hamburguesota con papas con tocino y todo el pedo. Estoy arto de comer lo que hace Andrés.

— Si crees que puedes hacerlo mejor, adelante. Que tú también tienes manitas hijo de tu puta madre.

— Ya basta. — Dijo Archivaldo. — Mandaremos a pedir algo a los muchachos a la ciudad y ya.

— Los pinches mosquitos también me tienen hasta la verga. — Dijo Freddy.

— Por que no te bañas. — Dijo Andrés.

— Te estás ganando unos putazos.

— Parecen niños. — Dijo Archivaldo arto. — ¿Que no tienen nada que hacer? Hay mucha merca pendiente que entregar, empaquetar, echar a los camiones y avioneta. Aquí no es pa que estén de a gratis.

— Esas con cosas de gatos. — Dijo Freddy.

— El Jefe te han de decir a ti hijo de la chingada. Aguas con el señor de la montaña. Don alcapone.

— A como chingas pues. — Dijo Freddy.

— Vamos a ir a costa rica. — Dijo Don Joaquín a sus nietos.

Archivaldo sintió que se le encogió el estómago.

— Ahí nos veremos con los suizos. Se concretó el negocio muchachos. Así que hay que festejar. Traigan viejas. Lo que quieran. — Dijo Iván. Archivaldo miro mal a su padre. — Pero cuando volvamos espero que continúen con su trabajo. Todos saben que se tiene que hacer. — Dijo por último caminando a la avioneta.

Arch suspiro.

— A ver. ¿Cómo quieren a sus putas? —Pregunto Andrés.

— Iré a Culiacán. — Dijo archivaldo.

— ¿Buscarás a Lucia? — Pregunto asombrado Andrés.

— No. — Aseguro. — Iré por unos pendientes. — Aunque no me vendría mal verla de lejos aunque sea. — Susurro para si mismo.

Tomo una camioneta y se fue. Fue a ver a Joaquín. Le dijo que había llevado a Lucia a su casa.

Se estaba muriendo por ir a buscarla pero no.

Los hombres que mando a seguirla le dijeron que iba rumbo a un antro.

Era un riesgo que definitivamente iba a tomar.

Tomo una cachucha negra y se fue.

Estaba en un ahora VIP y la miraba. Se miraba preciosa. Lo que daría por poder estar ahí dándole un beso. Vio que empezó a tomar de más y llamo a Joaquín para que fuera por ella.

Los siguió hasta su casa.

— Se quedó dormida. — Dijo Joaquín.

Archivaldo nervioso subio las escaleras y se quitó la cachucha. La miro acostada y su corazón no paraba. Creyó que jamás volvería a estar así de cerca de ella.

Tocó ligeramente su mejilla y cuando sintió que el corazón se le saldría por la boca solo se fue.

Se regreso a la sierra esa misma noche.

A la mañana siguiente después de medio día Joaquín le marco. — Lucia está muy mal. Dijo que haría lo que sea para que la buscarás.

— Ponle seguridad no vaya ser que haga una pendejada.

QuédateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora