El alcahueta de Alfredo

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Pancho se golpeó la frente con la mano abierta.

Néstor se rasco la nuca.

Iván apretaba la mandíbula fuertemente.

Ovidio nomás le dió un trago a su cerveza girandose a otro lado

Empezaron a bajarse del escenario y Alfredo empezó a reír.

—Eseee compaaaa ya está mueeerto no más no le han avisadoooo. — Empezó a cantar Ovidio llegando con nosotros.

— Tas bien pendejo. — Dijo Alfredo. — Es mi cantante favorito, el Gera no tiene la culpa de nada. Si le haces algo te chingo.

— Ni a su esposa defiende tanto. — Dijo Néstor burlón.

Iván seguía tenso.

— Elena creo que Fernanda te buscaba en la casa. — Dijo Alfredo. — Deberías de ir. — Dijo guiñandome el ojo. Solo asenti y empecé a caminar.

— carnal, vamos a ver tu carro nuevo. — Dijo Alfredo a Iván alejandolo de los demás.

Cuando llegue a la casa espere unos segundos fuera y una enorme camioneta blanca se paro a mi lado.

Bajo el vidrio y era Alfredo. —¿Cómo llegaste tan rápido? — Pregunté extrañada.

— Toma. —Dijo tirandome con las llaves. — Te toca a ti dejar sin columna a Iván.

— Pero...

— Él está en el estacionamiento. No bajes los vidrios para que no vean que eres tú.

Abrace a Alfredo fuerte. — Gracias.

— Andale ya vete.

Me subí a la camioneta y maneje despacito al estacionamiento. En cuando Iván vio la camioneta empezó a caminar a la parte de copiloto.

— Me tienes rato esperando Alfredo no mames. — Decía caminando. — Ya trague un chingo de tierra con los carros que entraban y salían y... — Se cayo cuando abrió la puerta y me miró

— ¿Y eso? ¿Y Alfredo?

— ¿En serio quieres saber dónde está Alfredo? ¿O vas a seguir besándome?

Una sonrisa apareció en la cara de Iván.

— Eso no se pregunta.

Se subió a la camioneta y cerro con llave. Puse la camioneta en parking y me senté sobre Iván para seguir besandonos.

Los besos eran lentos, como caricias. Frágiles. Iván tenía sus enorme manos en mis muslos y los acariciaba despacio.

— Quiero que mi cumpleaños nunca termine..

— Todo lo bueno llega a su fin.

— Esto no, por favor. Seguirás viviendo en la casa. Podemos buscar la manera... — Decía entre besos.

— Nos van a descubrir.

— Nooo — Dijo como niño pequeño renegando y recargo su cabeza en mis pechos haciendo puchero.

— Iván... — dije riendo.

Ahora me apretó más a él con ambos brazos.

— Iván... — Repetí.

— No te voy a soltar. — Dijo amenazando.

— Tienes que hacerlo.

— ¿En serio crees que después de esto voy a durar mucho sin poder volver a besarte?

— Tendrás que intentarlo.

— Entonces aprovecharé todo lo que pueda.

Empezó a besarme desesperado.

Me apretaba fuertemente a él.

Bajo los tirantes de mi vestido y me lo quito por completo.

Empezó a besar mi cuello. Y sentí como mordiqueaba y succionaba. Estaba segura que eso dejaría marca pero en ese momento no me importaba.

Hizo un camino de mi boca a mis pechos.

Empezó a masajear uno, y los miraba como su estuviera muy hambriento.

En ese momento no pude evitar que de mi cuerpo saliera un gemido. Sentía algo en su pantalón

Seguía mirando mis pechos con hambre y quizo liberar uno pero escuchamos como alguien tocó la ventana.

— Puta madre. — Dijo arto agarrándose la cara.




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