◆FAMILIA AL INSTANTE◆

◆ρяєραяαтινσѕ◆

Maratón 2/3.

⚠ Lenguaje soez ⚠
⚠Capítulo largo⚠

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1 día antes de la boda.

Talla sus ojitos al sentir la luz del Sol tocar su rostro. La mañana está un poco fría así que se cobija un poco. Mira a su lado derecho y ve a Axel profundamente dormido.

"Joaquín es tu amigo y le duele que no le hables pequeño. No dejes que tú miedo te aparte de las personas que quieres, no sabes con certeza que es lo que pasará en el futuro así que solo disfruta el presente".

Las palabras de Cleo invaden su mente.

—Quiero ver a Joaqui— susurra y baja de la cama.

Como puede, abre la puerta de la habitación y se dirige a la habitación de a lado.

Toca la puerta, pero nadie responde. Se plantea la opción de regresar a su cama y esperar a que Axel se levante; pero ignora esa opción, pues quiere y necesita pedirle perdón a Joaquín.

Se levanta de puntitas y estira su brazo lo más que puede hasta que logra abrir la puerta. Asoma su cabeza viendo como Emilio ya está despierto, pero sólo está observando a Joaquin, quien al parecer sigue dormido. Observa como Emilio acaricia la mejilla de Joaquín.

"No sabes con certeza que es lo que pasará en el futuro".

—Papá Emilio, ¿puedo pasar?— pregunta en voz baja para no despertar al castaño.

—Claro que si, Dudu— sonríe al ver al pequeño —¿llevas mucho tiempo ahí?.

—Nopi— responde caminando hacia el lado de Emilio estirando sus brazos para que Emilio lo suba a la cama.

Cuando está arriba se coloca en un pequeño espacio que hay entre Emilio y Joaquín. Observa detenidamente al castaño percatándose de cierto detalle sobre su rostro.

—¿Por qué tiene la carita mojada?— pregunta el pequeño a Emilio.

—Bueno... — suspira pensando como explicarle la situación —¿recuerdas que ayer Joaco tuvo una cita con alguien?.

—Si— baja la mirada triste.

—El chico con el que salió... lo insulto y lo trató mal— explica de forma detenida para que Eduardo entienda mejor.

—¿Por qué haría algo así?.

—¿Ves la cicatriz que tiene aquí?— pregunta Emilio señalando el cuello del menor. Eduardo solo asiente —al chico le pareció que Joaco es feo por su cicatriz, le dijo cosas muy feas que hirieron sus sentimientos.

—Pero... Joaqui es muy bonito— susurra con lágrimas en los ojos —que tenga una cicatriz lo hace ver genial.

—Lo sé, campeón, lo sé— sonríe limpiando las lágrimas del pequeño —pero en este mundo hay gente sin tacto, gente a la que no le importan los sentimientos de los demás, no les importa dañar a las personas. No ven más allá de la superficie.

—Eso es feo— responde —Joaqui es buena persona.

El castaño comienza a removerse sobre la cama, abre los ojos poco a poco acostumbrandose a la luz. Lo primero que ve es a Emilio y enseguida ve a Eduardo, quien lo observa con algo de pena.

—Buenos días, Eduardo— saluda Joaquín con una sonrisa triste.

Al escuchar el como lo llama, el pequeño Eduardo no puede retener sus lágrimas.