◆FAMILIA AL INSTANTE◆

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Escena 1.

💍Reliquias y tradiciones rotas.

Fue un día lleno de emociones, luego de su pequeño baile en su habitación decidieron bajar a desayunar con la familia. Fue un desayuno de muchas conversaciones, entre ellas una disculpa por parte de Sergio hacia Joaquín por el malentendido con el tema de Marco, por hacerlo creer que desconfiaba de él y, por supuesto, una explicación sobre lo sucedido anoche al pequeño Eduardo, quien aún está molesto con aquel sujeto por venir a querer robarse a su papá Joaqui.

Elizabeth y Sara hablaron de los últimos detalles de la boda, ellas han hablando con la amiga de Emilio quien está organizando la boda, así que están al tanto de todo lo que hace falta. Fue un alivio para los novios que sus madres les hayan dicho que ellas los ayudarían, pues ellas no querían que se preocuparan en su dia especial, ambas se harían cargo, junto a la planificadora de boda, que todo salga como se tiene planeado.

Por otra parte, Sergio y Francisco comenzaron a hablar sobre nuevos planes de trabajo, ahora que ambas empresas iban a ser socios, tenían un millón de ideas para hacerlas crecer. Mientras ellos hacían eso, Alberto y Octavio se la pasaban jugando con sus nietos, paseando por el lago y haciendo cualquier otra cosa menos ayudar en las mepresas. ¿Su excusa? Ellos ya han hecho demasiado, les toca a los hijos, ellos sólo cobrarían el dinero.

—¿Y no le pierdes, abuelo?— se queja Emilio a modo de broma.

—No, claro que no— responde Alberto de igual manera —. Pero para que estés más relajado, tú encargate de la empresa y yo voy a las reuniones por ti— prepone haciendo que Emilio permanezca en silencio, pensativo —. Piensalo, así no estarás lejos de Joaquín.

Alberto ha tomado la decisión de dejar a Emilio y Sergio al mando de la empresa, eso incluye las instalaciones en el extranjero. Emilio está falsamente molesto con su abuelo, pues parecía que su abuelo se ha puesto de acuerdo con Joaquín en "quitarle" su dinero, pues el mayor le había dicho a modo de broma "tú trabajas, yo cobro".

Y ahora está seguro de que su abuelo lo esta manipulando con pasar más tiempo con Joaquín para que acepte aquel trato. ¿Era justo? Por supuesto que no, ¿lo iba a aceptar? Claro que si.

—Trato— acepta el rizado sin pensarlo mucho tiempo —. Pero no puedes estar todo el dia tomando el sol y jugando cartas con Octavio.

—Si puedo— sentencia Alberto a modo de berrinche— y no sólo jugamos cartas... Últimamente jugamos ajedrez.

Emilio sólo quiere reir ante el cinismo de su abuelo. Pero, siendo totalmente honesto, está feliz de que su abuelo finalmente se tome un descanso de la empresa y pueda pasar sus días feliz a lado de sus nuevos amigos, por que si, Pedro va incluido en esa ecuación. Octavio también ha dejado a Francisco manejando su empresa, por lo tanto, ya no trabaja y eso quiere decir que Pedro tampoco.

Ahora son tres hombres buscando con que perder el tiempo, al mismo tiempo que se dan un merecido descanso depués de trabajar por muchos años.

—Deberías ayudarle a tu hijo con las firmas— menciona Emilio, riendo al recordar a su padre repertirle a Alberto que necesita los papeles firmados y a un Alberto olvidando firmarlos por estar jugando con Pedro y Octavio.

Alberto también rie, pues es consciente de que ha olvidado firmar los papeles. Agradece infinitamente que su familia sea comprensiva con él, pues hace mucho tiempo que no la pasaba tan bien. Después de lo de Amelia, ahora siente mucha felicidad a lado de sus nuevos fieles amigos. Afortunadamente, ya ha entregado los papeles firmados.

—Ya los firmé— rie seguido de Emilio —. Ya puede el solito.

Emilio niega repetidas veces, en ocasiones su abuelo parece niño chiquito y eso lo hace feliz, ama ver a su abuelo divertirse.
A lo lejos ve a Joaquín acercándose con Octavio y Pedro a un lado.