CAPITULO 47

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CAPÍTULO 47

Durante días pensé en lo que me había explicado mi hermano, aún así las terapias no daban resultado, pero recuperaba la lucidez. Mi cerebro se negaba a olvidar y superar, pero mi consciencia despertaba poco a poco y así sería mientras no sucediera nada.

Un mes después habían dejado la cena en mi habitación, pero no tenía apetito como los últimos días. Bajé por un vaso de leche ignorando que Daniel hablaba con alguien en el estudio.
Me serví un poco de leche tibia y regresé a mi habitación a paso lento, en cuanto entré el móvil no dejaba de recibir mensajes de mi peor pesadillas, uno tras otro, uno tras otro como solía hacerlo y con toda la furia del momento lo estampé contra la pared tirando algunas cosas más.

La habitación era un desastre en cuestión de segundos y los vidrios del vaso esparcidos por el piso fueron la tentación de la situación.

Tomé uno sentándome en la cama.

Estaba decidida a deslizarlo por mi brazo cuando Daniel entró y me lo arrebató de golpe

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Estaba decidida a deslizarlo por mi brazo cuando Daniel entró y me lo arrebató de golpe.

—Tranquila. —finalmente me abrazó  después de mucho tiempo.

—¡No lo soporto! —grité haciendo eco en la habitación y tenía otro vidrio en la otra mano que presioné con fuerza lastimandome sin pena.

—¡No lo soporto! —grité haciendo eco en la habitación y tenía otro vidrio en la otra mano que presioné con fuerza lastimandome sin pena

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—Estabas mejorando. —susurró con preocupación y dolor al verme en ese estado.

—Envió mensajes, volverá por mí. —confesé en llanto. —Volverá por mí.

—No puede, no puede. Tranquila.

Aquella noche fue sin sueño sintiendo que el abismo que había intentado cerrar se abría de nuevo sin darme margen de escapatoria. Era un sentimiento de temor y dolor que me me obligaba a querer terminarlo por mi propia mano, pero no podía rendirme tan fácilmente.

Por la mañana, después de una ducha me miré al espejo, había adelgazado demasiado, me veía horrible y tenía una cicatriz al costado. Una cicatriz que me acompañaría por el resto de mi vida, y también tenía la mano vendada por lo de la noche. Me puse mi ropa observando el frasco con pastillas y tomé una.

CICATRICES [FINALIZADA ✓]   |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora