CICATRICES [FINALIZADA ✓] |+18|

CAPÍTULO 116

CAPÍTULO 116

Terminaba de enviar unos trabajos de la universidad cuando recibí una llamada de Adam.

—Diga señor empresario que se olvida de su amiga —respondí con un suspiro agotador e indignado.

“Hola Sam, que gusto oírte mi ángel”

Se lo escuchaba muy feliz

—Ni los pecadores se olvidan tanto de sus ángeles. —lo escuché reír y fui a buscar un vaso con agua.

“Está bien, lo siento. Sé que estuve mal, pero sabes como es esto. Por eso quiero compensarte, te invito a cenar ésta noche y no aceptaré un no como respuesta”

—Pues no. —respondí de inmediato.

“Oh vamos.”

—No.

“Quiero hablar de algo importante.”

—No.

“Por favor.”

—No.

“Si no lo haces iré a buscarte con un cartel y lo mostraré en la calle, sabes que lo haré.”

—De acuerdo, dime donde —sonreí con solo imaginarlo, sabía perfectamente que Adam era la clase de persona que literalmente haría algo así.

Me pasó la dirección y en la noche nos encontramos en ese lugar.

—Aquí estás. —sonrió ampliamente y me abrazó —¿Como estás?

—Bien y por lo que veo, tu mejor que nunca. —noté un brillo especial en sus ojos.

—No te equívocas. —negó sin borrar esa sonrisa que me provocaba curiosidad.

Tomamos nuestros lugares y pedimos nuestra comida, mientras nos poníamos un poco al día sobre algunas cuestiones, pero nada profesional.

—Por la razón que te llamé aquí es... —sonrió y negó mientras deslizaba un sobre con mi nombre.

—¿Es lo que creo? —lo tomé sorprendida.

Lo abrí y contenía una tarjeta de invitación de boda.

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Samantha Anderson, estás cordialmente invitada a nuestra boda.

Olivia y Adam

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Debajo la fecha, hora y lugar.

—Pero Adam, es en 4 meses. —me sorprendí sintiéndome tan feliz por ellos.

—Si, luego de los exámenes. Quiero que estés allí y seas nuestra dama de honor. —tomó mi mano. —La más importante.

—Woooo... —me levanté para abrazarlo con fuerza. —Me alegro tanto por ti.

—Gracias Sam, me diste tanta confianza y valor. Por eso queremos que seas la dama principal. —susurró en tono bastante emocionado.

—¿Estás seguro?

—Desde luego —nos separamos y sonrió —De hecho nos comprometimos hace 2 meses y debía regresar aquí para atender unas cosas y decidimos rápidamente la fecha y todo lo demás, escogimos la tarjeta y la hicimos especialmente para ti. El resto serán entregadas luego.

—Te lo agradezco, fue tan considerado. —dije con emoción haciendo un gesto en el que podría llorar.

—Realmente espero que vayas, sino lo entenderé... —frotó mi hombro