CICATRICES [FINALIZADA ✓] |+18|

CAPÍTULO 97

CAPÍTULO 97

Al día siguiente desayuné en mi habitación, la comida no era de mi agrado, pero no podía quejarme, era para que recuperara fuerzas. Al terminar bajé con la bandeja para dejarla en la cocina ante la mirada de los empleados que la desviaban al encontrarse con la mía.

—Sam, que bueno verte aquí. Es un pequeño gran paso. —Alexia se acercó con una leve sonrisa.

—Solo lo hice porque no quiero que vayan a mi habitación. —respondí sin expresión visible.

—Está bien, pero de todos modos debías salir. En cuanto llegue el resto comenzaremos con la terapia, pero acompañame.

La seguí hasta lo que debía ser el estudio, pero se veía muy diferente. Estaba preparado como un consultorio psicológico con múltiples asientos.

—¿Que prentendes hacer? —la miré controlando mi respiración que era lo único que era lo único que reaccionaba en mí.

—Ya lo verás, espero que dé el resultado que deseo. —me señaló mi asiento y lo tomé  divagando con la mirada.

Me perdí en mis pensamientos vacíos que no noté cuando unas personas llegaron y se quedaron viéndome.

—Sam... —Emma llamó mi atención, con una expresión preocupada y un acto automático de una sonrisa llena de tristeza, pero no pude responder de ningún modo, sólo desvié la mirada.

—Por favor, tomen asiento. —pidió Alexia señalando unos particulares y así lo hicieron.

Ya en sus lugares continuaban mirándome, allí estaban el matrimonio Rogers, Daniel, Yessica y Thomas. El último no se veía nada bien, entre la preocupación y la desesperación, pero no me importó.

—Solo falta el señor Anderson que se nos unirá en un momento. —me dijo Alexia

—¿Será una terapia grupal?  —pregunté sin mirarla.

—Si, con todos aquellos que incidieron para que ahora estés en este estado.

—Genial. —ironicé dirigiendo la mirada a la puerta.

—Al menos expresaste ironía, es algo positivo.

No dije más hasta que ingresó mi padre con móvil en mano, al parecer estaba atendiendo una llamada; probablemente importante como siempre.

—Bien, comencemos con ésta terapia para ayudar a Sam entre todos —comenzó mi doctora. —Hoy lo llamaremos día cero, por favor respondan solo a lo que pregunte y lo que quiera saber Sam.

—Lo que sea para ayudarla. —agregó Emma y la miré, su expresión no había cambiado y en otro momento me habría molestado, detestaba que me miraran con pena, pero simplemente no tenía ese sentimiento.

—Bien, ¿Alguno de ustedes notó algo en los días anteriores al incidente?