CICATRICES [FINALIZADA ✓] |+18|

CAPÍTULO 110

CAPÍTULO 110

Regresé al salón para tomar el otro examen, y de allí salí junto a mi hermano.

—Papá quiere verte, luego te llevaré a casa de Tom. —dijo mientras caminaba.

—De acuerdo.

Fuimos en silencio, mejor dicho iba sumida en mis pensamientos mientras provocaba debates internos.

Al llegar lo encontramos en la sala un poco inquieto y no supe descifrar el porqué.

—Hola Sam... —sonrió acercándose —te echo tanto de menos.

—Hola papá —sonreí levemente —Sabes lo que estoy haciendo.

—Y me enorgullece, te llamé aquí para tratar ciertas cosas.

—Te escucho. —me senté y ellos igual

—Bien, es sobre el caso —suspiró —suponiamos que había terminado, pero se procederá con otra demanda si estas de acuerdo.

—¿Otra? —me confundí sin comprender a lo que se refería.

—Si, la investigación ha determinado que Robinson fue cómplice de su hijo en todo momento, como así también distribución importante de estupefacientes en el país. El gobierno también incide por ser un caso de tal magnitud, pero será tu decisión involucrarnos o no.

—Eso... —pensé —¿es el caso que también tiene Jacob Martin?

—Si, sobre eso y porque su hija también sufrió acoso y violencia por su ex novio, que a su vez era amigo de Harry... —intentó explicar —¿Como lo sabes?

—Lo escuché por ahí, Paul Erickson. Sinceramente espero que obtenga la pena máxima al igual que Robinson y todos los involucrados. —bufé.

—Es lo que haremos, que la pena de su hijo caiga en él —agregó Daniel y lo miré —pero luego de su muerte, de ser citado para reconocer el cuerpo desarrolló demencia y podría...

—De ninguna manera —interrumpí —no puede ser absuelto, papá puedes proceder. Incluso pueden tratar con Jacob Martin, pero ese hombre no puede hacer lo mismo que su hijo.

—Así será hija, nos encargáremos de todo. —asintió.

Hubo un momento de silencio donde parecía que no había nada más que tratar y me levanté dispuesta a irme.

—Espera... —me detuvo —te llamé por algo más, sé que de ahora en adelante quieres la verdad así que quiero presentarte a alguien.

—¿Alguien? —me confundí.

—Si. —salió un momento y regresó con alguien que conocía muy bien.

—¿Doctora Williams? —inevitablemente me sorprendí.

—Hola Sam... —sonrió y me abrazó —nos volvemos a ver.

—Pero, ¿Que está sucediendo? —quise deducir al ver que se tomaron de la mano,  pero esperé la explicación de mi padre.

—Sam, escucha, hace tiempo que Larisa y yo tenemos sentimientos mutuos, somos adultos y no tenemos que ocultarnos como adolescentes. Te preguntarás desde cuando, seré sincero, me impresionó mucho como estuvo predispuesta a ayudarte en América y no lo digo profesionalmente... —me miró con un brillo diferente en sus ojos.

—Lo sé, me acompañó a mis sesiones de terapia. —agregué

—Como sabes regresé repetidas veces a América,  por negocios, por el juicio, entre otras cosas...