CICATRICES [FINALIZADA ✓] |+18|

CAPÍTULO 106

CAPÍTULO 106

Regresé al hospital y en ese momento si me acerqué a Emma, con temor a que pudiera culparme por ello, pero tendría razón. Me miró un momento y luego tomó mis manos.

—Pequeña Sam, al menos tú estás bien. No, mira tu labio. —llevó una mano a mi mejilla y bajé la mirada

—No es nada, he pasado cosas peores. —confesé en tono bajo.

—Cariño. —me abrazó como una madre

Me sorprendía que no me detestara por lo de su hijo, ¿o era porque no lo sabía?

—Lo estoy, estoy bien supongo que me fortalecí. —me senté a su lado —te ves agotada, ¿Por qué...

—No me iré, Jack me dijo lo mismo, pero no dejaré a mi hijo sólo. Eso no... —comenzó a llorar y la abracé de nuevo.

—Él saldrá de esto —intenté parecer fuerte, pero dolía verla en ese estado.

—Lo hará, no puede dejarnos. Es muy joven. —agregó con dolor y mi labio tembló con solo escuchar eso.

Estuvimos allí y el día pasó, por lo que nos habían informado estaba en estado crítico, pero se estableció y lo llevaron a una habitación aunque, aún no nos permitían verlo.

—Siento que me volveré loca —murmuré en tono bajo, liberando un suspiro desesperante.

—Ve a tomar aire, cualquier cosa te avisaré. —me dijo Emma, un poco más animada que horas antes.

—Supe que Alexia también está aquí, ¿Sabes en qué habitación?

—Si, la 210 —sonrió levemente y asentí.

Caminé  buscando la habitación hasta que la encontré, con cierta inseguridad toqué, pero me relajé al recibir la aprobación del otro lado.

—Hola. —entré y se sorprendió

—Sam. —se alegró y abrió los brazos para que la abrazara en la cama.

—¿Como estás? —pregunté luego de separarnos.

—Bien, con novedades —se frotó el vientre con un brillo especial en sus ojos.

—Eso me dijeron, felicitaciones. Lo siento, no traje obsequio. —me senté en una silla a su lado para obsérvarla con una leve sonrisa.

—No te preocupes, verte aquí es un buen presente ¿Como estás?

—Bien, creo que finalmente se acabó, pero no hablaremos de eso. No quiero que te afecte. —señalé su vientre y sonrió con amplitud. —ellos escuchan todo.

—Si —rió —pero de igual manera lo sé todo, y estoy aquí para control. Saldré mañana, ya no hay riesgo.

—Me alegra, pero aún así... —decidí no hablar.

—Quiero saberlo de ti, cuando él trae las noticias no sé si son ciertas. En realidad jamás se sabe cuando habla en serio, es un payaso. —frunció levemente el ceño, y de momento cambio su humor a uno molesto.

—¿Quien? ¿Payaso? —asimilé un poco —espera, ¿Quién es el padre?

—¡Ya llegué! Y traigo excelentes noticias —habló sin mirar mientras cerraba la puerta —con dosis extra de amor...

Quedó en silencio al verme y me sorprendí.

—¿Austin? —desvió la mirada como si encontrara algo muy valioso en la pared —esperen ¿Austin y Alexia? —los señalé en un ida y vuelta.