CAPÍTULO 38

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CAPITULO 38


Regresé al edificio con la sensación de ardor en mi garganta, aunque dije lo que debía, aún de acumulaban muchas cosas que intentaban salir.  No regresaría a la universidad hasta que Daniel regresara para aclarar todo de una vez, tampoco quería entrar al departamento de Thomas, por lo qué me senté recargando mi espalda contra la puerta de mi hermano.

Esa fue la situación en la que más fuerte me mostré ante Olivia, pero me afectó demasiado por dentro, detestaba que me llamaran acosadora porque sabía perfectamente lo que eso significaba y pensar que me señalaban como una me provocaba tanta repugnancia.

—¿Estás bien? —él llegó casi al mismo tiempo y se arrodilló a mi altura. Lo miré un momento antes de responder.

—Lo estoy —asentí.

—Levantate. —abrió su puerta, pero negué.

—Dame la clave, por favor. Ya no quiero seguir así.

—No lo haré, entiende. —me ayudó a levantarme y entramos.

—¿Por qué lo haces? En realidad no me soportas, entonces ¿Por qué? —lo miré esperando su respuesta.

—¿Dejarás que lo que dijo te afecte nuevamente? —preguntó con seriedad y suspiré un poco agotada.

—No sólo es ella, recuerda que tú mismo lo dijiste hace poco. —desvié la mirada —Solo me soportaste por el trabajo.

—¿Por eso debería dejarte sola? Aún sabiendo del peligro, ¿Debería? —me miró de un modo que no comprendía.

—Son tan parecidos con Dan... —dije sin encontrar palabras para responder y tiré mi mochila. —No regresaré a la universidad hasta que él regrese. —me senté.

—¿Y las clases?

—Podré hacerlo, una vez tomé exámenes después de seis meses y mi prestigio aumentó —me miró interrogante —En fin, no entraré en detalles. Podré hacerlo.

—Si así lo quieres, ¿Pedimos pizza? —preguntó yendo a su habitación.

—Por favor. —me acomodé encendiendo la televisión donde estaban dando una película romántica e hice una mueca desagradable.

—Llagará en un momento. —avisó regresando

—Bien. —cambié el canal para dejarlo en cualquiera, al azar.

Me sentía un poco rara mientras mis manos comenzaban a temblar, mi cuerpo daba aviso que la situación comenzaba a pesar. Tomé mi bolso para sacar el frasco con medicamentos, lo pensé por mucho tiempo y aunque no quería tomarlas debía hacerlo para aliviarme al menos un poco.

—¿Qué es eso? —preguntó quitándomelo y me sorprendí.

—Es para la ansiedad. —intenté tomarlo, pero lo alejó ya que era más alto.

—¿Es bajo receta? —me miró luego de leer.

—Claro, solo que hasta ahora no sentí la necesidad de utilizarlo. Aunque no quiera debo hacerlo. —intenté de nuevo.

—Hay otros métodos, no lo hagas si no quieres. —me lo devolvió —No eres alguien enferma.

Me quedé en silencio por unos segundos, meditando la última oración hasta que volví a mirarlo.

—¿A que métodos te refieres? —suspiré.

—Te lo mostraré más tarde. —fruncí el ceño molesta y tocaron el timbre. —Debe ser el pedido.

CICATRICES [FINALIZADA ✓]   |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora