CAPÍTULO 123

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CAPÍTULO 123



La felicidad que sentía era tan plena y tranquilizadora que no podía borrar la sonrisa de mi rostro al igual que mi prometido.

—Aun no creo lo que acaba de suceder, aunque no sé si sorprenderme por el pedido, como lo hiciste o por ambas cosas —mencioné mientras conducía.

—Estaría bien por todo, intenté hacerlo del modo que estaría cómodo y como te gustaría... —me miró un momento e hice lo mismo. —romantica y decentemente.

—Recuerdas eso —desvié la mirada.

—Recuerdo cada cosa de ti.

—Ya... —me apené y observé mi mano, más precisamente el anillo que brillaba tan maravilloso que suspiré.

—¿No te gusta?

—No es eso, me encanta —suspiré nuevamente. —Realmente aún no asimilo que estemos comprometidos

—Y nos casaremos lo antes posible, ya no pretendo alejarme de ti Sam. —sonrió.

—Quien sabe, pero ¿A dónde vamos? —uní mis manos para tranquilizarme.

—No lo sé, ¿Quieres ir a tu casa?

—No, ¿Regresaste a vivir solo? —miré por la ventanilla mientras movía mis dedos con cierto nerviosismo.

—Si, hace tiempo.

—Ese es nuestro destino —sonreí levemente evitando mirarlo.

—Lo que digas, mi amor.

Me cubrí el rostro con ambas manos al escuchar lo último y rió.

Llegamos al mismo edificio y al mismo departamento en el que vivía.

—Creí que cambiaste —dije esperando que abriera la puerta

—No me gustan mucho los cambios, y había muchos recuerdos aquí. Lejos de lastimarme, me hacían sentir bien —abrió y pudimos entrar.

—Todo es igual... —me sorprendí, observando, absolutamente todo era como lo recordaba.

—¿Quieres algo? —preguntó con tranquilidad.

—Un poco de agua —lo seguí hasta la nevera.

Bebí para aplacar mi nerviosismo, porque lo estaba. Estaba nerviosa como si fuese la primera vez que estuvimos solos.

—Eres hermosa... —llamó mi atención —pero hoy estás especialmente hermosa —sonrió y se acercó tomándome por la cintura con cuidado para apegarse y sonreí.

—¿Pretendes posponerlo más? —susurré con voz suave, sin temor mientras subía las manos por sus brazos. Y él negó.

—Si lo pospongo o no, es por ti. Siempre es por ti. —me besó delicadamente.

Él tenía razón, dejando de lado todo lo sucedido siempre fue paciente y delicado conmigo, esperando el momento indicado para accionar y no dañarme.

Nos separamos por un segundo y no dudé en tomar la iniciativa, sin miedo, algo que él respondió gustoso.
De un momento a otro ya estábamos en la habitación dando paso a una incontrolable noche de amor y pasión. Entre caricias pude sentir la cicatriz que había quedado en su abdomen y al igual que lo hizo conmigo, acaricié ese lugar con suavidad. No podía evitar sentirme como la primera vez, no en vergüenza sino en sensaciones, después de todo habían pasado dos años y él había sido el único en mi vida.

Luego de aquella placentera noche desperté y él aún estaba a mi lado.
Suspiré separándome de su pecho y bostecé.

—Buenos días. —me saludó y aclaré la vista para mirarlo.

CICATRICES [FINALIZADA ✓]   |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora