CICATRICES [FINALIZADA ✓] |+18|

CAPÍTULO 85

CAPÍTULO 85

Llegamos a una isla que no tenía idea que existía, y me sorprendí observando a todos lados sin poder ver a nadie.

—¿Donde estamos? —pregunté después de bajar siendo ayuda por él.

—Mi padre compró hace tiempo esta isla, no tiene habitantes, por ahora. —se adelantó con las maletas.

—¿Quieres decir que estamos completamente solos aquí? —lo seguí para caminar a su lado.

—Exactamente.

No pude decir otra cosa por la sorpresa, me detuve a observar una enorme casa a una distancia, corrí para alcanzarlo nuevamente y entramos.

—¿Esta casa es de tus padres? —la observé detenidamente.

—Terminó de ser construida hace poco, somos los primeros aquí. —sonrió e imité su gesto.

—No puedes sorprenderme más Thomas Cullen —reí.

—¿Cullen?

—Me siento en crepúsculo —reí aún más por su expresión —¿No viste esa película?

—No.

—Increible. —asentí y volví asombrarme por la casa

—¿Te gusta?

—¿Que si me gusta? Me encanta. —me acerqué para abrazarlo. —Eres el mejor.

—Mañana daremos un paseo —correspondió susurrando.

—Pero dijiste que no hay nadie, un momento... —me separé para mirarlo —es lo que sucede en las películas de terror, todo es magnífico hasta que aparecen fantasmas o zombies. —miré a todos lados —en este contexto podrían aparecer caníbales. —me cubrí la boca.

—En películas, reacciona, es la vida real —rió por mi actitud. —Cumpliste 21 años y pareces de 10.

—No seas cruel —arrugué la nariz —estar aquí es mi obsequio, pero no tengo nada para ti —jugué un poco con el cuello de su camisa —¿Me perdonas por haberlo olvidado?

—Lo pensaré, pero por otro lado esto es para los dos así que relajate. —besó mis labios y sonreí

—Tengo sueño —miré la hora —son las 2:30 deberíamos dormir.

—Claro, vamos a la habitación

Lo seguí hasta lo que parecía ser la habitación principal con una cama matrimonial, y mordí mi labio inferior con pena dejando la maleta.

—¿Dormiremos juntos? —pregunté sin mirarlo.

—Si, es la única habitación con cama, pero si lo prefieres dormiré en el sillón

—No, claro que no. Está bien —saqué mi ropa de dormir y pasé al baño.

Lavé mis dientes y cambié para dormir, el sueño poco a poco me dominaba. Salí más dormida que despierta metiéndome a la cama, escuché la puerta del baño y cerré los ojos. Para cuando parpadeé Thomas ya estaba a mi lado.